Con gran lentitud, abrió sus ojos. —¿Qué acabas de decir?
Una gran sensación de emoción se desbordó en Baski al escuchar su respuesta. —¡Está mucho mejor, Mi Rey! Comió y se bañó e incluso dejó que le pusiera un bálsamo curativo. ¡Oh, Su Majestad, estoy tan feliz hoy! Nunca pensé que este día llegaría!
Se había incorporado mientras ella hablaba, interesado. Cuando terminó, su sorpresa era evidente. —Eso es un milagro, Baski. ¿Qué ocurrió?
—Es Danika, Su Majestad.
Él inclinó la cabeza hacia un lado, pensativo. —¿Danika?
Baski asintió con la cabeza, lágrimas de emoción llenando sus ojos. —Hoy estuvo con Sally... —Procedió a contarle todo. Cómo Danika había conseguido llegar a Remeta.
Deliberadamente omitió la parte sobre cómo Remeta se dirigía a Danika porque sabe que no terminaría bien. Le dijo todas las demás cosas... incluida la parte de que Remeta insiste en estar con Danika y por eso está en el palacio.