Capítulo 11
Punto de Vista de Carlos
Selena se levantó rápidamente de la cama. Los días de entrenamiento habían agudizado sus movimientos. Se dio la vuelta y luego se arrodilló en la cama en pánico.
—Dije, Carlos, que no estoy lista —sus ojos estaban al nivel de los míos, y el pequeño candelabro de mi habitación se reflejaba en sus pupilas, haciendo que sus ojos lucieran brillantes.
A pesar de que me está desobedeciendo, pienso que es malditamente hermosa.
Me acerqué y pellizqué su barbilla —¿Te opones a mí? ¡Recuerda, es tu deber servir a tu marido!
Selena me miró con ojos grandes y aturdidos, y su voz temblaba —No... solo siento que estoy herida, y tal vez... no pueda complacerte —evitaba mirarme con la mirada.
Y ahora solo quiero besar su boca terca, y luego penetrarla con fuerza.
—No importa... puedes seguirme —casi besé sus labios rosados. Con eso, me quité la camisa.
Selena giró la cabeza ligeramente y se liberó de mi mano —Pero, pero es mi día libre.