"Muchas veces para poder ver algo más allá de lo común debes ofrecer algo a cambio"
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En una vieja carreta se encontraba una mujer vestida de negro con un sombrero y un maletín leyendo un periódico.
Se trataba de una mujer de tez blanca y cabello rubio, tenía unos ojos grises bastante bonitos aunque lucian bastante apagados, también lucía una vestimenta de sacerdote.
Mujer - ¿Disculpe cuánto falta para llegar? - preguntándole al chofer sin despegar la vista de su periódico.
Chofer - Ya falta poco para llegar al puesto fronterizo, pero recuerde que hasta ahí la puedo llevar ya que no tengo un permiso para entrar -
Mujer - Está bien, gracias -
Después de un tiempo la carreta llegó al puesto fronterizo donde tenía que dejar a la mujer, después de bajarse fue con los militares que cuidaban la entrada.
Militar - Alto ahí señorita, está zona está restringida para los civiles -
Mujer - ¿Con esto será suficiente? - entregando un pasaporte al militar.
Después de leer la información del pasaporte se puso pálido y cambio su actitud a una más amable.
Militar - Perdóneme señorita Loretta, no sabía que venía de la "Santa Sede" - entregándole el pasaporte.
Loretta - No se preocupe, uno siempre comete errores, ¿ya puedo pasar? -
Militar - Si, usted es bienvenida, también la está esperando una carreta -
Loretta - Gracias, que dios le acompañe -
Después de dejar a ambos militares atrás fue hacia una tienda del puesto fronterizo y compro otro periódico y algunas cosas mas para el segundo viaje que tendría hasta su destino final.
Después de caminar un rato encontró la carreta que le dijo el militar, era igual de vieja que la anterior pero a la mujer le daba igual el transporte.
Loretta - Disculpe, ¿es usted es el dueño de esta carreta? -
Hombre - ¿Quién pregunta? -
Loretta - Soy Loretta Howard de la "Santa Sede" -
Hombre - Soy a quien busca, subase y la llevaré a su destino, también encontrará una manta ya que el camino hacia allá es frío -
Loretta - Muchas gracias, ¿con quién tengo el gusto? -
Hombre - Soy Francis Cortes, seré su guía señorita Loretta -
Francis era un hombre de tez medio morena, cabello negro junto con sus ojos claros, vestía un uniforme de cartero de color verde.
Según Francis el viaje duraría bastante y llegarían aproximadamente al anochecer así que tendría que ponerse cómoda con la manta.
Mientras viajaban estaban platicando de cosas triviales y una que otra cosa interesante de la ciudad del Vaticano ya que Francis vivió durante un tiempo en Roma.
El camino hacia el destino de Loretta era un bosque bastante denso y el clima era bastante frío y la niebla estaba baja, según el todo el año el clima estaba así.
Después de varias horas de viaje y ya siendo de noche ambos llegaron al pueblo donde tenía que llegar Loretta.
Francis - ¿Dónde te voy a dejar? -
Loretta - Déjame en la iglesia, tengo que hablar con el padre encargado de esta zona -
Francis - Está bien -
Al llegar a la iglesia Francis ayudo a la mujer a bajar su maleta y acompañarla a la puerta de la iglesia.
Francis - Hasta aquí te puedo acompañar, vendré aquí cada semana para recoger las cartas que quieras enviar a Roma, espero que tengas suerte -
Loretta - Gracias señor Francis, que dios te acompañe - entrando a la iglesia.
Al entrar vio que la iglesia por dentro estaba bastante limpia y arreglada para ser un pueblo bastante alejado de las grandes ciudades.
Al llegar enfrente de la cruz hizo una bendición por respeto.
Sacerdote - Buenas noches - apareciendo el dueño de la iglesia.
Era un hombre de tez pálida con cabello blanco, tenía unos ojos negros bastante penetrantes, aparte de las vestimentas de un sacerdote llevaba una mochila y una espada.
Loretta - Buenas noches señor - saludando cortésmente al hombre.
Sacerdote - ¿En qué puedo ayudarle señorita? -
Loretta - Vengo en nombre de la Santa Sede por una misión de búsqueda -
Sacerdote - No he recibido ninguna noticia de la Santa Sede desde hace 40 años, ¿por qué enviarían a una joven monja a este lugar? -
Loretta - Discúlpeme pero soy una sacerdote mayor bajo el mando de los cardenales - mostrandole su pasaporte.
Sacerdote - Si usted es sacerdote con ese rango debe tener control de algun ángel mayor, perdón por mis palabras anteriores - regresando el pasaporte.
Loretta - No se preocupe, no es el primero en confundirse - calmando al sacerdote - ¿con quién tengo el gusto? -
Sacerdote - Soy Gherman Kalich, el sacerdote de este pueblo, puedo preguntar a qué ha venido a este lugar -
Loretta - Los cardenales me enviaron a investigar este lugar ya que habían enviado a otro sacerdote mayor a este lugar pero se perdió todo rastro de el -
Gherman - Le ayudaria con el caso pero aquí no ha llegado ningún sacerdote, estoy seguro que debió ser atacado por algún lobo salvaje antes de llegar, abundan mucho en esta zona -
Loretta - Lo tendré en cuenta para mi investigación, pero tengo que quedarme un tiempo para investigar, espero que no le moleste mi presencia -
Gherman - No se preocupe, si planea quedarse le daré una habitación disponible en la casa de la iglesia -
Loretta - Gracias por la hospitalidad -
Gherman guío a la mujer hasta una casa un poco separada de la iglesia, había algunas luces encendidas lo que indicaba que habia mas personas en esa casa.
Al entrar ambos fueron recibidos por una mujer que se veía feliz de ver al sacerdote.
Mujer - Bienvenido padre -
Gherman - Buenas noches Rebeca, hoy tenemos un invitado de la Santa Sede -
Loretta - Buenas noches señorita.... -
Rebeca - Mi nombre es Rebeca Kalich -
Rebeca era una chica joven de tez pálida y cabello blanco, tenía unos ojos morados junto con una mirada melancólica, vestía un traje de sirvienta de color morado oscuro.
Rebeca - Nunca pensé ver a alguien de la Santa Sede, ¿qué rango eres? -
Gherman - Es una sacerdote mayor bajo el mando de los cardenales y vino por una misión a este pueblo -
Rebeca - Oh, perdóname por si dije algo malo -
Loretta - No te preocupes -
Gherman - ¿La podrías llevar a la habitación vacía para que pueda dejar sus cosas? -
Rebeca - Está bien padre, por favor sigueme señorita -
Después de guiar a Loretta hasta la habitación que le iban a asignar Rebeca la dejo sola para que pudiera acomodar sus cosas aunque antes de irse le dijo una cosa más.
Rebeca - Si gusta puede explorar la casa, yo o el padre Gherman le avisaremos cuando esté lista la cena -
Loretta - Gracias -
Después de acomodar algunas de sus cosas se puso a revisar su habitación y se veía que tenía bastante cuidado y no se veía nada roto o fuera de lugar, aparte la cama era cómoda ya que había pasado muchos días durmiendo en el suelo debido a acampar durante su viaje.
Después de un rato decidió ponerse más cómoda dejándose una camisa blanca y una falda negra, un rato después Rebeca llegó a avisarle a Loretta sobre la cena.
Después de cenar Loretta tenía algunas preguntas que hacer a ambos.
Loretta - Tengo la curiosidad de saber sobre la espada que llevaba cuando nos encontramos en la iglesia -
Gherman - Muchos en este pueblo salimos a cazar ya que en esta zona es muy difícil cultivar por la niebla casi todo el año, aparte también cazamos manadas de lobos para vender sus pieles -
Loretta - Gracias por responder mi curiosidad -
Gherman - No hay problema -
Loretta - Usted me dijo que ningún enviado pudo haber llegado, aún así podría entrevistar a algunos lugareños, puede que alguno lo haya visto -
Rebeca - Perdón por interrumpir pero por lo que se no hemos tenido ninguna visita desde hace mucho tiempo -
Loretta - Aún así tengo que preguntar -
Gherman - Podría preguntarle a los que se tuvieron que quedar, podrían saber algo ya que nosotros también tuvimos que salir a cazar -
Loretta - Lo tendré en cuenta para mi investigación -
Gherman - ¿Que más desea preguntar? -
Loretta - La verdad no tengo nada que preguntar está noche, tendría que investigar más antes de hacer conclusiones -
Gherman - En ese caso me tengo que retirar, tengo que descansar ya que la cacería fue muy larga - retirandose.
Rebeca - Buenas noches padre -
Loretta - Buenas noches señor -
Después de que se fuera Gherman ambas chicas se quedaron un rato sentadas ya que no tenían ningún tema de conversación.
Rebeca - Me retiro, tengo que limpiar, le recomiendo que ya se vaya a su cuarto -
Loretta - ¿Quiere que te ayude con la limpieza? -
Rebeca - No hace falta, puedo yo sóla -
Loretta - Está bien, buenas noches señorita -
Rebeca - Que tenga buena noche señorita Loretta -
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Y bueno hasta aquí el capítulo de esta nueva historia.
Estoy probando este tipo de temas por curiosidad, así que espero que si hay algún creyente por favor no se enoje.
Espero que les haya gustado y si se puede me gustaría que dejarán su comentario con su opinión.
Besos y abrazos, bye.