—¡Layla!
—¡Ruby!
Mientras Ruby corría hacia Layla, Layla se levantó de su asiento y la abrazó calurosamente. Dirigió una breve mirada a Roger, quien le ofreció una pequeña sonrisa reconfortante antes de alejarse de la puerta.
Después de soltarse del abrazo, Ruby miró a Layla con una sonrisa radiante —Ese guapo guardaespaldas me dijo que su Maestro quiere que me una a ti. Vine corriendo para tener una charla de corazón —dijo.
La preocupación de Layla era evidente —¿Qué pasa con tu tienda? Mencionaste que las ventas no han sido muy buenas este mes.
Ruby respondió con una sonrisa alegre —Oh, recibí un pedido grande esta mañana. Necesito suministrar libros de cuentos a una escuela.
Los pensamientos de Layla se dispersaron brevemente. *¿Podría ser Lucio?*