—¿Defensa propia? No veo ninguna herida en ti, pero estos tres parecen estar bastante lesionados. —Mientras el pensamiento cruzaba por su mente, la mirada del policía hacia Xiao Yi se tornó gélida, y su voz llevaba un tono siniestro.
—No puedes solo decir eso, camarada policía. —Si hubiera sido otra persona, enfrentándose a una mirada y un tono tan fríos de un policía, y con tantos otros oficiales detrás de él, haciendo tal espectáculo, podrían haberse intimidado ya, quizás incapaces de terminar incluso su frase. ¿Pero podría tal despliegue posiblemente asustar a Xiao Yi?
Al escuchar su postura abiertamente transparente, indudablemente poniéndose del lado de esos cuatro frente a él, una burla fría destelló a través de la profundidad de los ojos de Xiao Yi—parecía que de hecho había picado un pez grande.
