—¿Es... soy muy fea?
Al escuchar la pregunta de Xiao Yi, Wang Qingqing finalmente se puso ansiosa. Dejó escapar la cruda verdad. Después de hablar, su rostro se volvió tan rojo como un hierro candente y bajó la cabeza, jugueteando sin parar con el dobladillo de su ropa, sin atreverse a mirar a Xiao Yi. Su corazón golpeaba fuertemente mientras agudizaba sus oídos, esperando la respuesta de Xiao Yi.
—¿Ah?
Xiao Yi se sorprendió por un momento, sin esperar que Wang Qingqing hiciera tal pregunta. Le tomó un tiempo reaccionar. Mirando a Wang Qingqing sonrojada e inclinada, aunque no sabía por qué, sabía que era una pregunta que requería una respuesta cuidadosa. De lo contrario, podría llevar a algún malentendido entre ellos, algo que ciertamente no deseaba.
Se compuso y con una expresión solemne, miró seriamente a Wang Qingqing y dijo, —Qingqing, estás equivocada. No solo no eres fea, sino que eres muy hermosa. Si fueras fea, entonces no habría muchas mujeres hermosas en este mundo.