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—Aquí viene la tercera actualización de hoy, y habrá más después de medianoche —comienza una nueva semana, y me muero por recomendaciones. Por cada cincuenta votos, agregaré un capítulo. ¡Mientras tengas votos, estoy listo para explotar!
—Jaja, está bien, entremos y sentémonos. Ven, prueba un poco del excelente té del Pozo del Dragón que acaba de llegar esta mañana —Han Cheng sonrió, no dijo nada más y se adelantó para entrar. Sabía que algunos asuntos era mejor dejarlos sin mencionar, ya que sacarlos a relucir solo llevaría a incomodidades para todos. Era mejor dejar que las cosas siguieran su curso natural.
Al ver a su tío entrar, Han Lu también apresuró su paso después de lanzarle a Quián Xiaofeng una tímida mirada y rápidamente lo siguió.
Quián Xiaofeng, caminando al final, observó la figura elegante de Han Lu, sus ojos tras los lentes resplandecían con determinación. Apretó los puños con fuerza y en silencio juró:
—Lulu, eres mía; ¡nadie puede quitarte de mí!...