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De vuelta en la villa, Liu Jingling estaba viendo la televisión en silencio en su habitación. Al ver entrar a Xiao Yi, se puso de pie inmediatamente para saludarlo. La expresión en su rostro mostraba un cambio significativo con respecto a ayer. Había un dejo de timidez en sus ojos, junto con una pizca de sorpresa, como si fuera una amante que hubiera estado esperando ansiosamente la vuelta de su hombre durante mucho tiempo.
Sin embargo, Xiao Yi no prestó mucha atención a estos detalles. De hecho, ni siquiera notó su expresión. Simplemente la miró, con la mirada recorriendo su figura mientras comprobaba la recuperación de sus heridas. Luego le preguntó sobre detalles específicos, como cómo se sentía, si había estado tomando sus medicamentos a tiempo, y así sucesivamente, como un médico profesional frente a un paciente que regresa y pregunta sobre su condición.
