—Ah, perdón a todos, es mía. Solo tomaré esta llamada y luego volveré y me disculparé con todos ustedes —dijo Zeng Xiaomei apresuradamente.
Después de ver el gesto del joven, Zeng Xiaomei de pronto se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, mostró una señal de culpa en su rostro mientras se dirigía a los demás, y luego se levantó rápidamente y caminó hacia su bolsa de donde sacó su teléfono celular.
—Hola, ¿quién es? —Zeng Xiaomei ni siquiera se molestó en revisar la identificación del llamante, conteniendo su ira y hablando de manera bastante descortés.
La llamada telefónica había sonado durante su reunión, interrumpiéndola y haciendo que perdiera la cara frente a sus colegas. Ya era bastante contenido de su parte no estallar en ira, y esperar que fuera amigable era naturalmente imposible.
