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En ese momento, su corazón había llegado esencialmente a creer que podría haber estado equivocada antes, pero la única espina que persistía en su corazón era la enfermedad de Qian Fuchen. Esta era la fuerte evidencia que siempre había sostenido para considerar a Xiao Yi como un gran fraude. Aunque su abuelo le había explicado repetidamente la razón por la cual Xiao Yi no había venido la primera vez, ella seguía creyendo que era porque Xiao Yi era incompetente, por lo tanto, deliberadamente hacía excusas para eludir sus responsabilidades, e incluso la segunda vez, pensaba que era solo otra excusa de Xiao Yi...
Pero ahora... con esta frase de Qian Fuchen, ¡esa última espina fue directamente eliminada!
¡Xiao Yi realmente era un Doctor Divino, no estaba inventando excusas, y ahora había salvado a Qian Fuchen!
En su corazón, esta frase resonaba incesantemente, sus manos se apretaban involuntariamente, y una alegría difícil de describir apareció en su rostro.