—¿Ni siquiera califico?
Una voz un tanto débil y ronca provenía de adelante, y una figura demacrada emergió lentamente de la entrada de una habitación del hospital. Su cuerpo estaba visiblemente desnutrido, tan frágil que no podía mantenerse en pie sin presionar fuertemente una mano contra la puerta, usando el apoyo de la puerta para mantenerse estable.
Su rostro era tan esquelético que apenas le quedaba carne, solo piel estirada sobre hueso, y miraba indiferente con un toque de frialdad desapegada a la histérica Qian Xiaojie y a Qian Xiaofeng, quien temblaba sin cesar, su cuerpo débil y su rostro carente de cualquier color.
¡Era Qian Fuchen!
El padre biológico de Qian Xiaojie y el actual jefe de la familia Qian.
Todos los que veían a Qian Fuchen apareciendo en la entrada se quedaban mudos, sus miradas fijas en él.
Después de un rato, Qian Fuyu recuperó sus sentidos, su expresión llena de inmensa culpa mientras miraba a Qian Fuchen y llamaba roncamente —Tercer hermano.
