—¡Ay! —Sin embargo, cuando pateó el estómago del jabalí, el cuerpo del animal no se movió ni un ápice, pero sus dedos le dolían de dolor.
—Niña, los jabalíes tienen la piel gruesa, especialmente este tipo. La piel es como piedra. Es mejor que dejes de patear —le explicó—. Simplemente observa desde el lado. Este jabalí es valioso, no podemos desperdiciarlo.
Xiao Yi miró las acciones de Zeng Xiaoxiao y no pudo evitar sonreír con ironía. Luego se puso a trabajar sin ninguna herramienta, agarró los dos largos colmillos del jabalí con una mano y suavemente los arrancó.
—¡Vaya, qué cerdo tan molesto! ¡Incluso en la muerte, eres un dolor! —murmuró Zeng Xiaoxiao contrariada.
Al ver la reacción de Zeng Xiaoxiao, Xiao Yi no pudo evitar sonreír de nuevo, pensando en quién había estado clamando para ver al jabalí desde el principio, diciendo lo lindo que era, incluso consolándolo para que no tuviera miedo.
—Hermano Xiao, ¡eres increíble, cazando un jabalí tan grande! —exclamó.
