—¿Qué te parece, chica, si solo subimos hasta aquí? Ya es hora; bajemos la montaña.
Después de echar un vistazo a Zeng Xiaoxiao desplomada en su hombro y luego al frondoso bosque adelante, Xiao Yi dudó un momento pero aún así comenzó a persuadir. Para él, este ambiente era un juego de niños, pero para una joven delicada como Zeng Xiaoxiao, no era un lugar adecuado para demorarse, incluso con su protección, era demasiado difícil para una chica criada en un invernadero como ella.
—De ninguna manera, debemos llegar a la cima. Hemos llegado tan lejos, ¡sería una pena rendirse ahora!
Pensaba que Zeng Xiaoxiao, tras haberse encontrado con una serpiente, estaría asustada y probablemente aceptaría su sugerencia. Pero para su sorpresa, en cuanto terminó de hablar, Zeng Xiaoxiao se levantó de su abrazo como un resorte, con una mirada resuelta en su rostro, rechazando su idea.
