—Muchacho, ¡otra vez tú!
—Justo entonces, una voz resentida salió de entre la multitud.
—Oh... ¿no es ese... cómo se llama?
—Inmediatamente después, otra voz, tanto sorprendida como burlona, resonó.
La mirada de Xiao Yi siguió la dirección de la voz, solo para ver a dos jóvenes atractivos y dignos entre la multitud. Uno tenía una mirada de profundo resentimiento, como si pudiera escupir fuego, mientras que el otro lo miraba lleno de burla y desdén.
Estas dos personas eran viejos conocidos suyos. Uno de ellos era nada menos que Li Zijie, a quien había humillado severamente en la puerta de la escuela la última vez, y el otro era ese chico llamado Qian Xiaofeng.