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—Sí, en verdad fue mi culpa —admitió Xiao Yi sinceramente, sintiéndose genuinamente culpable por el asunto, ya que había prometido algo que no había cumplido.
—Yo solo te estaba molestando, ya no importa. De todos modos, finalmente conseguí tu número, jeje —al ver la actitud sincera de Xiao Yi, Zhang Yuhuan sonrió con algo de cortedad y recogió su teléfono. Abrió el mensaje que Xiao Yi acababa de enviar y guardó su número.
Xiao Yi observó la expresión de Zhang Yuhuan y no pudo evitar sentirse ligeramente asombrado por la chica. Desde que dejaron esa escena, su rostro no mostró rastro del pánico que debería tener una chica perseguida. Estaba charlando y riendo con él como si nada hubiera pasado, y nunca había sacado el tema por su propia iniciativa.
¿Era porque la habían perseguido tantas veces que se había acostumbrado? ¿O había alguna otra razón?