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Este aterrador ataque sónico creó ondas en el aire.
Dentro de las ondas, parecía haber miles de tropas cargando.
Toda la arena estaba envuelta por este ataque sónico, y todos revelaron expresiones de alarma.
El Gran Maestro en la vanguardia se quedó perplejo en su lugar.
En ese momento, su mente era un lienzo en blanco, su alma se sacudía violentamente y la sangre fluía de sus siete orificios.
Justo cuando la gente aún no reaccionaba, una figura voló y aterrizó junto a la arena, apareciendo justo delante del Gran Maestro.
—¡Zhou Yu! —Qin Lan y Shui Tianyue no se vieron afectadas por el ataque sónico, y mientras ambas lloraban, sus expresiones pronto se convirtieron en alegría.
—Finalmente has llegado. —Sabía que aparecerías. —Qin Lan se liberó del agarre del Gran Maestro y se lanzó directamente hacia Zhou Yu.
Zhou Yu le dio suave palmaditas en la cabeza a Qin Lan y le acarició el cabello.
—Lo siento, llegué tarde; te he hecho sufrir. —Qin Lan sacudió la cabeza.