—¿¡Qué???
Xu Tao golpeó la mesa con su palma, levantándose enojado.
—El Profesor Cao que mencionaste, ¿no será Cao Dexing, verdad? —Ye Ling saltó del susto. Ella negó con la cabeza y dijo:
— No lo sé tampoco.
—Solo escuché a mi segundo hermano mayor decir que es el Profesor Cao del hospital provincial; en cuanto a su nombre, no tengo ni idea.
—Claro, es muy gordo, y camina como si estuviera embarazado.
—Ese es —El semblante de Xu Tao se tornó sombrío—. Esa persona se llama Cao Dexing; lo despidieron del hospital el mes pasado por poner una farmacia privada y vender medicamentos con sobreprecio a los pacientes, aprovechándose de su posición. No puedo creer que se atrevió a venir aquí y estafar a la gente bajo la fachada del hospital provincial.
—¿¡Qué??? —Esta vez, fue el turno de Ye Ling de estar en shock. Cuando se recobró, entró en pánico:
— Entonces es terrible; él ya recetó medicinas para mi abuela, y mi segundo hermano ya mandó a alguien a comprarlas.