Las palabras de Zhou Yu dejaron a todos atónitos.
El rostro de Lin Wanhao se ensombreció. ¡Las acciones de Zhou Yu fueron una bofetada directa en su cara!
—Zhou Yu, vete —dijo Lin Wanhao.
Zhou Yu sacudió la cabeza y respondió:
—Tío Lin, no sé por qué estás ayudando a falsificar evidencia, pero si el viejo maestro se entera de esto, ¿sabes cuáles serán las consecuencias, dada su temperamento?
—Tú...
El semblante de Lin Wanhao cambió ligeramente.
Él conocía a su padre, ¿cómo no iba a conocerlo?
Pero esta era una oportunidad para congraciarse con el futuro director del hospital.
Lin Chaodong no quería perder esta rara oportunidad.
Lin Wanhao apretó los dientes y dijo:
—Zhou Yu, este asunto no es tan simple como piensas. Vete ahora y lo discutiremos más tarde.
—No es necesario —Zhou Yu sacudió la cabeza y se negó—, un asunto tan simple puede aclararse ahora mismo.
En ese momento, Yu Kuan resopló fríamente y habló: