—¡Qué puta broma!
Al ver esa asquerosa cara sonriente del gordo cerdo, Liang Fei realmente sintió el impulso de golpearle la cabeza hasta hacerla añicos justo ahí y en ese momento.
No podía entender cómo semejante basura había logrado infiltrarse en la oficialidad, ¡y más aún, ocupando una posición no menor! Si todos los funcionarios fueran como él, ¿dónde quedaría el espacio para que el pueblo hablara?
Liang Fei soltó una risa fría y se decidió a poner las cosas en claro con esa cabeza de cerdo muerto hoy mismo. Por supuesto, la premisa de tal corrección no involucraría métodos violentos.
—Director Li, lo que acabo de decir es la verdad, realmente soy el novio de Xinlan, pero la relación solo se ha confirmado recientemente —dijo él.
Ver a Su Xinlan en esa pose tímida y recatada envió una sacudida al corazón de Liang Fei, y él se volvió aún más decidido a afirmar que era el novio de Su Xinlan.
