Ambos subieron las escaleras.
Uno de ellos, un gordito grande, levantó la cabeza, los miró e inquirió,
—Venimos a ver al Director Liu, ¿puedo preguntar... —El Secretario Fang avanzó con una sonrisa desbordante en su rostro y preguntó.
—Soy el Director Liu. ¿Qué quieren conmigo? —El Gordito los miró de nuevo y preguntó.
—Venimos a realizar un trámite, por favor emítanos un certificado. ¡Póngale el sello!
—De acuerdo, síganme.
Con eso, se levantó y comenzó a dirigirse hacia su oficina.
Viendo que Liang Fei y el Secretario Fang estaban a punto de seguirlo a su oficina, el Director Liu giró la cabeza y dijo fríamente, —¿Cuál de ustedes se encarga de esto? El implicado entre, el otro espere afuera.
El vientre de Liang Fei hervía de ira, pero al ver que el Secretario Fang le hacía señas, lo aguantó de mala gana por el momento, dejando que el viejo secretario esperara afuera mientras él entraba en la oficina.
—Xiaofei, los documentos... ¡tómalos!