Después de la confesión de Zhao Yangyang, Liang Fei estaba tan furioso que, si no hubiera considerado que ella era una chica, realmente habría sentido ganas de abofetearla varias veces.
Sin embargo, aunque logró contenerse de pegarle, no pudo evitar estallar enojado:
—Tú, mujer, eres verdaderamente detestable. ¡Apúrate y llévame con ese tipo! Ya lo he denunciado a la policía. ¡Si elimina rápidamente el virus del sitio web, podría considerar pedir a la Oficina de Seguridad Pública que archive el caso!
Con las cosas habiendo llegado a este punto, ¿cómo podría Zhao Yangyang no obedecer? Deprimida, hizo una llamada telefónica y engañó a Wang Hao para que saliera, acordando encontrarse en la entrada del supermercado de la escuela.
No pasó mucho tiempo antes de que Wang Hao apareciera.
