Todos se sintieron abrumados por este caso enredado, y por un momento, la atmósfera cayó en silencio.
Fue en ese momento cuando Liang Fei habló con tono tranquilo:
—No nos preocupemos ahora por qué misterios tramaron. Ya que Tanaka Suimeng ya ha hecho su jugada, deberíamos simplemente seguirles la corriente.
Aunque tomar la iniciativa puede ser fuerte, aquellos que actúan después no son necesariamente más débiles; quizás actuando después, incluso podríamos atraparlos por la cola.
—¡En efecto, Liang Fei tiene toda la razón!
Al oír esto, Yi Jianfeng golpeó fuertemente la mesa con la palma y exclamó en voz alta:
—Bien, dado que Tanaka Suimeng quiere jugar a este juego del gato y el ratón con nosotros, juguemos y veamos quién termina siendo el gato y quién el ratón.
Después de hablar, la voz de Yi Jianfeng se volvió severa mientras le decía a Shen Xing:
