—Eh, ¿y si no vuelvo contigo? ¿Quieres matarme ahora mismo?
Frente al tono orgulloso de Sakurazora Yoshiko, Liang Fei esbozó una mueca fría, manteniendo su mirada helada fija en sus ojos indiferentes.
—¡No te equivocas en absoluto!
Sakurazora Yoshiko, con la cara cubierta, Liang Fei no podía ver su expresión, pero podía ver claramente la mirada desdeñosa que irradiaban sus ojos afilados mientras señalaba el cadáver decapitado en el suelo y decía:
—Si no vuelves conmigo, terminarás como él, llevaré tu cabeza para ver a nuestro Joven Maestro.
—Eh, escuchando lo segura que suenas, ¿crees que debería asustarme? —al oír las palabras heladas de Sakurazora Yoshiko.
—Sin embargo, solo quiero decirte que no solo no volveré contigo, tampoco dejaré que tomes mi cabeza, y haré que dejes tu vida en Binyang. ¿Lo creas o no?
—¿Es así?
La luz fría que brotaba de los ojos de Sakurazora Yoshiko parecía tan helada como el hielo mientras gritaba:
