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Director Wang volvía a Binyang de muy buen humor, agradeciendo continuamente a Liang Fei.
Liang Fei sabía que Director Wang era algo mercenario, ya que le había pedido hacer esta visita a domicilio principalmente en beneficio propio.
Pero de todos modos, Director Wang no era tan malo de carácter, y en el futuro en Ciudad Binyang, Liang Fei podría necesitar su ayuda. Habiéndolo asistido esta vez, Wang indudablemente haría un esfuerzo por ayudar a cambio.
Tras varias horas más de viaje, los dos llegaron a Binyang pasadas las nueve de la noche.
Director Wang, de buen ánimo, acababa de llegar a Binyang cuando quiso invitar a Liang Fei a cenar e incluso pidió específicamente que se unieran algunos altos ejecutivos del hospital de la ciudad. Su actitud sincera y atenta casi convertía a Liang Fei en un santo a sus ojos, avergonzando a Liang Fei.
