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El siguiente argumento parecía ya no tener suspenso.
Cuando el Gerente Zhao finalmente se enteró por Hong Xingyu de que Liang Fei era en efecto el presidente de esta nueva compañía, casi se queda sin aliento.
—Gerente Zhao, escúchame, no te puedes equivocar. Este tipo es claramente un gran estafador. Vamos a echarlo para evitar perturbar el ánimo de todos —mientras el Gerente Zhao colgaba el teléfono con la cara pálida como un fantasma, Wu Yufan, este tonto, todavía no podía leer la situación por su expresión y continuaba afirmando con confianza.
—Hijo de pu... —insultado a morir por el Presidente Hong, el Gerente Zhao se sintió enojado, ansioso, molesto y odioso.
Viendo a Wu Yufan, este gran idiota, aún sin reconocer la situación, el Gerente Zhao estaba tan furioso que pisoteó el suelo y apuntando a la nariz de Wu Yufan maldijo: