—Chico, ¿de qué camino eres? ¿Te atreves a enfrentarte a mí? —Hermano Cicatriz dejó que sus hombres se apartaran y avanzó sin emoción, mirando fríamente a Liang Fei mientras preguntaba.
—Descuida, soy del camino recto, no de los torcidos como tú, así que realmente no puedo enfrentarme a ti —Liang Fei devolvió el desprecio fríamente, sus ojos ferozmente inquebrantables mientras decía con orgullo—. Aunque no estamos en el mismo camino, cada palabra que acabo de decir sigue en pie.
Hermano Cicatriz era de hecho un gánster notorio en la zona, y en la superficie, incluso era el cuñado del jefe del pueblo. De lo contrario, no se habría atrevido a ser tan audaz como para involucrarse abiertamente en la usura.
—¿De veras? —Claramente, Hermano Cicatriz estaba acostumbrado a ser arrogante en este territorio, donde en efecto nadie se atrevía a cruzarse con él.