—Chico, tú... no te creas mucho —gritó el hermano Yu—. Estoy bajo las órdenes del Maestro Hong. Si te metes conmigo, no creas que el Maestro Hong te va a dejar pasar esto.
Hermano Yu, a pesar de aullar de dolor, todavía no quería parecer débil frente a Liang Fei, y pronunció sus palabras con los dientes apretados.
—¿Maestro Hong? —Liang Fei soltó una carcajada—. Te refieres a Hong Dali, ¿no? —Al oír esto, Liang Fei no pudo evitar soltar una burla desdeñosa—. Parece que este Hong Dali realmente es una plaga por aquí. Pero no te preocupes, me ocuparé de él tarde o temprano... Por cierto, ¿quieres llamar a Hong Dali para pedir ayuda, verdad? Adelante, llámalo, dile que la persona que te golpeó es Liang Fei y dile que se apure y venga para acá.
—Liang Fei... Liang... —Aunque la conciencia de Hermano Yu estaba un poco borrosa por la paliza, el nombre "Liang Fei" aún le sonaba familiar, pero no podía ubicarlo del todo.