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A medida que estas palabras eran pronunciadas, la expresión de muchas personas sufría cambios drásticos, ya que a muchos de ellos genuinamente les encantaba la Medicina Tradicional China y verla ser insultada de esta manera los enfurecía.
—¡Chen Jingcheng, no te creas tanto! Puedes insultarlo a él cuanto quieras, ¡pero por favor no insultes a la Medicina Tradicional China! —Un estudiante alto y corpulento se levantó, mirando fijamente a Chen Jingcheng.
Su padre era practicante de la Medicina Tradicional China, y habiendo visto a su padre curar a innumerables pacientes desde su infancia, tenía un profundo afecto por la práctica y no permitiría que otros la pisotearan.
—Luo Tong, debes estar deseando la muerte, ¿atreviéndote a responderme así? —Chen Jingcheng de repente estalló en una furiosa rabia, mirando al estudiante alto.
Swish, swish, swish.
