¿Sabes quien es mi padre? ¿Sabes quien es mi madre? ¿Sabes quien es mi pequeña hermana menor? No, no lo sabes ni aunque quisieras, yo tampoco sé quiénes son, mis recuerdos en la villa del guantelete ominoso son borrosos, no recuerdo bien como era mi familia, mis amigos, mis vecinos, Merlodí-... no recuerdo bien ese nombre lastimosamente pero me quedó un sentimiento dulce y nostálgico. Te contaré lo que recuerdo y trataré de recordar, si es que alguien llega a encontrar este áspero y roñoso libro, Ah no espera, tengo una lanza clavada en mi estómago, ¿Por qué utilicé mis últimos alientos para pensar en esto? No lo sé carajo, no me quitaré ni muerta lo tonta ~suspiro~.
Mi nombre es Miurnda Manuk, la anomalía del guantelete.
Una pequeña Miurnda Manuk yacía junto a sus padres surcando grandes montañas.
—Cariño, ¿Crees que estemos cerca de la villa del guantelete ominoso?
—De eso estoy seguro Garmiela no te preocupes.
—!Papá, mamá miren ahí, son casitas pequeñitas!.
—¡Que alegría! Hay que apresurarnos antes de que está nieve nos entre a los pulmones.
—¡Si!
Ya en la aldea del guantelete ominoso se sentía un aire pesado y un ambiente algo sombrío, cosa que asustó a la pequeña Miurnda junto a sus padres y a una...
—¡Buaaaaaa!
—Sssshhh ya, no llores mi cielo mamá está aquí.
—Mamá este lugar es aterrador, Bivídia también tiene miedo igual que yo.
—Garmi, voy a ir a buscar a personas que nos puedan ayudar.
—¡No hay necesidad jóvenes extranjeros!
—¡iiiaaa!
—¡Quien eres!
—wow, wow tranquilos amigos no estamos aquí para hacerles algo malo, nosotros somos de aquí.
—¿Es así?
—Cariño, el ambiente no concuerda con la alegría de estas personas, creo que deberíamos confiar un poco en ellos.
—tienes razón Garmiela, lo haremos.
—¡No, no, no quiero, estas personas nos van a convertir en comida para dragón!
—Ey pequeña no seas tan mala, ¡mira! Un lobo asfalto manso, ¿A qué es lindo?
—¡Aléjate de mi, parece un demonio en miniatura!
El padre de Miurnda y de la pequeña Bivídia fue a la casa del alcalde de la aldea mientras que su familia se quedaba en una posada llamada "duerme en kesoku".
—Gusto en conocerlo joven, soy el alcalde de la villa del guantelete ominoso, mi nombre es Glen hilkanord.
¿Me podría decir cual es su nombre?
—Soy Rofferd sulcka, gusto en conocerlo igualmente señor Hilkanord.
—llámeme Glen. Y bien, vayamos al grano, a que debemos su visita a nuestra villa.
—Le seré honesto... la capital real arrasó con nuestra aldea, unos pocos logramos sobrevivir y huimos en diferentes direcciones, esta villa era la más cercana que teníamos en mente así que fuimos directamente aquí.
—Eso es una desgracia, le doy mis más sinceras condolencias joven Sulcka. Pero, ¿Por que atacaron la aldea en donde vivía usted junto a su familia?
—Los soldados de la capital gritaban al unísono un cantó de guerra, por así decirlo, era algo como: "¡Por el bien del reino y del mundo el el nuevo portador a ser la anomalía del guantelete debe morir!". Cuando estábamos de camino a esta villa me di cuenta que nuestra aldea no fue la única arrasada por las fuerzas de la capital real, vi personas envueltas por las llamas de los magos. Tanto mujeres, niños y abuelos yacían sin vida en la tierra humedecida por la sangre de aquellos muertos.
—... Ya veo me compadezco nuevamente por lo que tuvo que ver, ¿había algo más que destacar sobre los ataques de la capital hacia las aldeas que vio?
—Las paredes blancas y de madera fueron mancilladas por un mensaje que decía: "muerte al guantelete".
—Muy bien joven sulcka descanse junto a su familia, mañana hablaremos sobre su estadía en esta villa. Su esposa y sus hijas deben estar espantadas por todo lo que vieron.
—Es algo extraño pero la única que no mostró signos de horrorisarse fue mi hija Miurnda, era como si para ella ver cuerpos muertos y el bandalismo de los soldados fuera cosa de todos los días.
–¿Es así? Tal vez el shock le llegará tarde, le recomiendo que pase todo el tiempo posible con su familia para olvidar lo visto.
—Muchas gracias señor Glen.
—No es nada.
Rofferd se dirigía ya a la posada "duerme en kesoku" .
Garmiela y sus hijas dudosas en entrar a dicha posada se mantuvieron afuera por un par de segundos, hasta que apareció por la ventana una niña de cabellos rosados.
—¿uh? ¡Mamá, hay nuevos clientes!
—¡Y ella que! ¿Acaso es un fantasma?
Una mujer adulta vistiendo una traje de sirvienta y un delantal blanco les abrió la puerta a Garmiela y a sus hijas.
—Pasen porfavor no se queden afuera, puede darles gripe lobunica.
—S-si enseguida entramos.
—¡Mamá tengo miedo de este lugar!
Ya adentro, la sirvienta que se presentó como Yahito kesoku les estaba preparando una comida junto a un café caliente. La niña de cabellos rosados se acercó a la familia y les comenzó a hablar.
—Hola señorita mi nombre es luna kesoku ¿cual es el suyo?
—Hola pequeña soy Garmiela, eres muy educada para tu edad.
—¡Gracias señorita! ¿Cómo sé llama el bebe que carga consigo?
—Es mi hija menor Bivídia y mi hija mayor es Miurnda.
—¡Que pequeña tan linda! Miurnda también lo es, tiene el mismo cabello rojizo que su madre.
—¿Que yo que?
—Veo que aún sigues asustada por la aldea. No tienes porque tener miedo, el aire pesado como un yunque y la atmósfera tan sombría como la noche más oscura se debe al guantelete ominoso.
—¿Guantelete ominoso?
—así es, nuestra aldea lleva su propio nombre. Se dice que el ser que forjó el guantelete ominoso no fue humano, ni elfo, ni enano, ni demonio, ni por los mismísimos dioses. La historia dice que cuando nuestro mundo estaba siendo creado por los dioses, se enfrascaron en una guerra contra los demonios, como los demonios estaban perdiendo la guerra, fabricaron 4 armas que fueron usadas por los 4 grandes líderes demoníacos "los que aguardan al rey". Se dice que para fabricar las 4 armas el rey demonio tuvo que usar gran parte de su magia. Aunque también existen armas forjadas por los dioses, éstas están en constante desarrollo ya que los enanos las fabrican y los dioses les dan las habilidades, propiedades y calidad. En conclusión los enanos hacen una mitad del trabajo y los dioses la otra mitad. Se desconoce quién o qué creo el guantelete ominoso, tampoco sé sabe como es que desprende esa aura tan grande y siniestra. Es por eso el ambiente en donde vivimos, pero nuestro pueblo no se va a rendir así.
Garmelia atónita por el conocimiento de luna no supo que decir, y Miurnda quedó maravillada por tal historia.
—E-Es impresionante luna, de niña solía escuchar esa historia pero pensé que eran habladurías de mi padre ¿como sabes todo eso?
—¡Wow eso es increíble luna! ¿Me puedes contar más? porfavor.
—Je je je, eso es porque algunos aventureros que pasan por aquí nos cuentan esas historias, un sacerdote que pasó por nuestra posada nos contó más acerca de esa historia, ¿Quien quiere oírla?
—¡Yo!, ¡Yo!
—Gracias por esperar, aquí esta su cena. Oye Luna ¿Qué te dije sobre molestar a los clientes?
—¡aaash! Pero nisiquiera los estaba molestando.
—¡Quiero escuchar más sobre esa historia amiga Luna!
La familia recién llegada se adaptó rápidamente a la atmósfera de la tenebrosa aldea, parecía como si hubieran vívido ahí un par de años.
—Garmi, ya estoy aquí.
Rofferd que estaba ocupado teniendo una charla con el alcalde de la aldea, estaba de regreso.
—¡Cariño que bien que regresaste, siéntate a comer con nosotras!
Fue una cena alegre y con mucha platica, Luna contaba la historia de los dioses y demonios, los esposos se acaramelaban y la comida se enfriaba.
Al día siguiente, rofferd fue a hablar con el alcalde sobre su estadía en la aldea junto a su familia.
El alcalde, consciente de lo que vivió rofferd, le dio un terreno vacío cerca a otras casas de la aldea junto a un puñado de mano de obra que ayudarían a la construcción de su hogar.
Se tardaron alrededor de una semana en construir la casa para su familia, mientras que su esposa y sus hijas se quedaban en la posada de los Kesoku.
—¡Oye Luna que pasó con el guantelete, y cuales son las 4 armas que portaron esos tales líderes demoníacos!.
—Ey no te desesperes, de uno en uno. Para empezar, mi abuela me decía que logró ver al portador del guantelete ominoso, dice que yacía herido y con muchas quemaduras por todo su cuerpo, entre todas esas quemaduras destacó a una mujer esbelta de cabellos negros y ojos tan oscuros como el vacío.
Dejó los guanteletes en el piso y al instante cayó boca abajo, al momento aparecieron 3 personas con ropas blancas encapuchados con muchos soldados detrás, intentaron llevarse los guanteles pero cuando uno de soldados los tocó, se corrompió y se convirtió en una bestia horripilante que huyó a las montañas del sur.
Si calculo bien sucedió hace unos 60 o 70 años.
—Eso da miedo, ¡Pero me gusta!, ahora cuéntame lo otro.
—las otras cuatro armas son: la espada "devora-espacios", el escudo "kathorsumi", la lanza "Intyrainhi" y el grimorio de nombre "La verdad de Enoc" este último lo tiene custodiado la calle-iglesia de la capital real de Babilonia.
—Con que son guanteletes, espada, escudo, lanza y grimorio. Pensé que era un guantelete y no dos por su nombre.
—Solo se menciona uno de los guanteleletes, el otro par restante está perdido, no se sabe en donde puede estar.
—¿cuantos años tiene tu abuela?
—murió a los 100 años, vivió una vida larga y buena.
—Lo lamento por lo de tu abuela.
—no tengo problema, ella no hizo nada malo ¿sabes?
Mañana te voy a presentar a mis demás amigos.
—¡Ya quiero conocerlos! Pero me muero de sueño, ya me voy a dormir.
—Buenas noches Miu.
—Buenas noches luna.
Las dos niñas se fueron a dormir muy tarde, el sueño jugaba con sus ojos entrecerrandolos y abriendolos hasta que quedaron dormidas como pequeños osos.
Escuchaba una voz a lo lejos, me llamaba a gritos y con desesperación, centré mi atención hacia aquellos gritos y tuve miedo, pareciera como si fuera a asesinar a alguien. Espera... ¡Se está acercando! ¡Está cerca! ¡Que hago! ¡Que hago!.
—Miurnda Manuk, es tu turno, no importa cuanto te tardes la desgracia será igual de dolorosa.
Era una criatura horrible no quería ni mirarlo a los ojos, estaban huecos, colgando de sus cuencas como si se los hubiera arrancado, tenía parecido a la portadora del guantelete ominoso, por el cabello oscuro y los ojos tan oscuros como el vacío.
Quería gritar pero no podía, desesperaba pero era inútil, no podía controlar mi cuerpo, solo mis pensamientos.
La figura se hacia cada vez más grande y no cabía en mi visión, hubo un punto en que me pude mover y corrí con todas mis fuerzas para alejarme de esa cosa.
Ese monstruo también empezó a perseguirme mientras se reía, no pude aguantar el miedo y empezaron a brotar lágrimas de mis ojos.
—¡Aaaaahh!
Cuando me di cuenta estaba gritando y mis padres estaban frente a mi tratando de calmarme.
—¡Miu que tienes!
—¡Hija porfavor responde que es lo que te pasa!
Deje de gritar, no pude resistir más y me eché a llorar abrazando a mis padres, fue una pesadilla que ni un adulto podría soportar.
Me pregunto, ¿qué me habrá querido decir aquel ser?
No lo sé, podría decir que solo fui un mal sueño y seguir con mi vida normal, pero desde ese día algo me empezó a llamar la atención, estaba dentro de algo que parecía ser un almacén del cual venía una energía aterradora.