—Xiao Rui, ¿tienes idea de cuánto nos preocupamos todos? —Ling Feng se acercó al lado de Yun Hanrui, extendió su brazo para abrazarla y una fuerza sutil entró al cuerpo de Yun Hanrui desde las yemas de los dedos de Ling Feng.
Aunque Yun Hanrui no mostró ningún resquicio en su entereza, miró a Liu Tingyu con pánico, solo para descubrir que la cara de Liu Tingyu no mostraba ninguna anormalidad, sino una sonrisa significativa.
Esa sonrisa hizo que Yun Hanrui se sintiera ansiosa, —¡De verdad lo siento, esta vez no manejé bien las cosas!
Yun Hanrui empujó a Ling Feng y dijo:
—¡Voy a llamar a mis padres ahora, para que no se preocupen!
Ling Feng asintió, sus ojos relampagueaban con una intención fría:
—¡Sí, eso es exactamente lo que deberías hacer!
