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Con respecto a la promesa de Chu Tianji, a Ling Feng no le importaba, pues si no fuera por la conexión con el Rey Dragón, ¡probablemente ahora estaría siendo confrontado por los maestros del Grupo Dragón!
La fuerza es siempre la base de la negociación, y una vez que la fuerza disminuye, el oponente no dudará en mostrar sus colmillos; ¡esta es la cruda ley de la selva!
Sin embargo, a Ling Feng no le importaba porque creía que si la Familia Chu se atrevía a lastimarlo a él y a sus seres queridos, ¡entonces la Familia Chu no tendría razón para existir más!
Tarareando una melodía, Ling Feng regresó a la Universidad Yan a un ritmo pausado. Cada vez le gustaba más el ambiente de la Universidad Yan, relajado y sencillo. Todos los días, charlaba con las chicas en el Edificio Nueve, disfrutando allí de una sensación de relajación que hacía tiempo no sentía.
