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—¿Qué? ¿Más de cincuenta jóvenes desaparecidas? —Ling Feng recibió una llamada de Bai Feifei, su cara mostrando sorpresa involuntariamente.
—Está bien, entiendo, pero no creo que Salón Llama haría tal cosa. ¡Voy a llamar a Wei Meizi ahora mismo! —Ling Feng sabía lo que Bai Feifei quería decir, así que lo dijo de inmediato.
Después de colgar el teléfono, Ling Feng se quedó pensativo. No creía que Salón Llama fuera responsable; conocía bien el carácter de Wei Meizi, a pesar de que ella era parte del Inframundo.
Después de pensar un momento, Ling Feng marcó el número de Wei Meizi.
—Maestro, ¿está pensando en su sirviente en la tranquilidad de la noche? —Tan pronto como se conectó el teléfono, la voz de Wei Meizi se escuchó.
—Ehem, Meizi, ¡te llamo esta vez por asuntos oficiales! —Ling Feng decidió ser rápido, para evitar que Ting Yu se enterara de esto—. ¡Sería realmente como lodo cayendo en la entrepierna!