—¿Es tan difícil de adivinar? —Ling Feng señaló su bolso—. Aunque el frasco de medicina que acabas de tomar no tiene etiqueta, pude olerlo, ¡es medicina para problemas estomacales!
Yun Hanrui se quedó en silencio, sosteniendo el tazón de gachas con ambas manos y bebiendo lentamente.
Al ver esto, Ling Feng no dijo nada y en cambio escuchó más atentamente el canto de Chen Ningxue.
—Oye, Ting Yu, ¿por qué siento que hay algo raro entre tu Hermana Yun y Ling Feng? —dijo Zheng Xinyi con cautela a Liu Tingyu al notar a Yun Hanrui y Ling Feng sentados juntos, con este último incluso comprándole un tazón de gachas, sintiéndose algo cautelosa.
—Te preocupas demasiado. Han sido amigos desde la infancia, ¿qué tiene de malo que se cuiden mutuamente? Tranquila, tengo absoluta confianza en mi Ling Feng. ¡No olvides que los celos son el pecado cardinal de una mujer! —Liu Tingyu le dirigió a Yun Hanrui una mirada que era mitad sonrisa, mitad burla.