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—¡Ling Feng, alguien quiere verte! —dijo indiferente un policía mientras abría la puerta.
Ling Feng siguió al policía hacia una habitación, donde, para su sorpresa, estaba sentada Bai Feifei.
Ling Feng se sorprendió; no esperaba que Bai Feifei apareciera en ese momento.
—Está bien, pueden dejarnos —dijo Bai Feifei indiferentemente.
El policía vaciló un momento antes de darse la vuelta y salir.
Cuando quedaron solo dos personas en la habitación, Bai Feifei repentinamente se lanzó a los brazos de Ling Feng, su voz temblaba mientras decía:
—¡Tú, malvado, cómo no me avisas cuando pasa algo tan grande! Si no hubiera visto tu nombre en el expediente del caso, ¡difícilmente creería lo que veían mis ojos!
Ling Feng se sintió algo incómodo; para él, este incidente no era para nada un gran problema, y hacer que Bai Feifei usara su poder para salvar a Liu Tingyu le hacía sentir una indescriptible incomodidad, razón por la cual no había informado a Bai Feifei.
