—¡Mi papá estuvo tan guapo hoy! —dijo Yun Hanrui mientras lavaba verduras en la cocina.
—Eso es porque esa Persona de Fusang no tenía buenas intenciones. ¡Obtuvo lo que se merecía! Por cierto, ¿por qué decidiste volver de repente hoy? ¿No dijiste que estabas muy ocupada con el trabajo recientemente? —resopló fríamente Tía Yun.
—No importa cuán ocupada esté, todavía tengo que volver y ver a mi querida mamá —Yun Hanrui arrugó la nariz y dijo—. ¿No me reciben bien en casa tú y papá?
—¡Tonta, cómo no vamos a recibirte bien! —dijo Tía Yun con una sonrisa—. Solo tengo curiosidad. Siempre usabas el trabajo como excusa cuando te pedíamos que vinieras a casa a comer, pero hoy tomaste la iniciativa de venir a casa. ¿Podría ser que...
—Ay, mamá, siempre sospechas tanto. ¡Si sigues con eso, me volveré a la compañía! —El corazón de Yun Hanrui dio un vuelco.
—Está bien, ¡no diré más! A propósito, ¿todavía tienes contacto con Xiao Feng? —dijo Tía Yun riendo.