—¡Así que estoy tan atrasada! —dijo Bai Feifei forzando una sonrisa.
—Bai Feifei, ¿vas a rendirte? ¿Solo porque ves una enorme diferencia de fuerza entre él y tú, pierdes confianza y valor? ¿Realmente quieres volverte más fuerte? —preguntó Ling Feng en silencio mientras observaba a Bai Feifei.
Las palabras de Ling Feng resonaron como una campana masiva, sacudiendo el alma de Bai Feifei.
¿Rendirse? ¡Cómo podría rendirse! Un peso se asentó en el corazón de Bai Feifei—si se rendía ahora, ¿cómo podría enfrentarse a sí misma y decir que quería volverse más fuerte?
—¡Ling Feng, te lo suplico! —Bai Feifei agarró la mano de Ling Feng y suplicó—. ¡Enséñame! Aunque Zhao Yuntao sea un luchador de clase S, no retrocederé. Algún día, lo mataré con mis propias manos, mataré a este demonio!