El padre de Zhao, al oír a Deng Yuanqing revelar este asunto, mostró una mirada de desconcierto en su rostro.
—¡Eh, eh, pequeño Zhao! —dijo Deng Yuanqing con seguridad—. Confío en que tomarás una decisión sabia. Oh, y recuerda traer tus materiales de investigación cuando vengas. ¡Estoy bastante interesado en esas cosas!
Zhao Bing tomó una profunda respiración, sus ojos llenos de una luz feroz. No importaba cuánto Deng Yuanqing lo acosara, él lo soportaría; pero hacer arrodillarse a su padre era algo que Zhao Bing nunca podría perdonar.
—¡Olvídalo, Director Deng, ya he tomado mi decisión! —dijo Zhao Bing con voz fría.
—¿Oh? El sabio se adapta a las circunstancias, y ya que has decidido, tráeme los materiales antes de esta noche —dijo Deng Yuanqing indiferentemente.
Tratar con un estudiante sin recursos y sin influencias no era un desafío para el Director Administrativo Deng Yuanqing. Un poco de acusaciones y, ¿no obedecería sumisamente?