Regresando a la suite del último piso del Meizi Club, Wei Meizi emocionada encendió el cine en casa y apareció en la pared una gran pantalla de cristal líquido. Poco después de insertar un disco, la introducción de la película apareció en la pantalla.
En ese momento, Wei Meizi trajo un plato de pasteles y un plato de frutas, junto con dos copas con tallo.
—¡Realmente has preparado un festín! —Ling Feng no pudo evitar reír al observar las acciones de Wei Meizi.
Las mejillas de Wei Meizi se sonrojaron levemente; de hecho, había preparado todo esto hace tiempo, ¡solo fantaseando que algún día Ling Feng la acompañaría aquí!
¡Ahora este deseo finalmente se había hecho realidad, y ya no tenía que beber sola con dos copas de vino!
De repente, el tono de llamada del celular en el bolsillo de la ropa colgada en el perchero sonó.
—¡Yo voy! —Wei Meizi se levantó y sacó el teléfono, al mismo tiempo que sacaba una botella de bebida roja.
