—No está mal tu voluntad, ¡pero tu fuerza es muy débil! —dijo el hombre de mediana edad con desinterés—. Olvidémoslo, jugar contigo no es divertido. ¡Mejor te mato de un puñetazo!
Mientras hablaba, el hombre de mediana edad caminaba paso a paso hacia Wang Zhong, cuyo corazón se hundía más y más. ¡Él sabía bien que actualmente tenía poco poder de combate! ¡Y aun en su mejor momento, definitivamente no sería un rival para este hombre de mediana edad!
Ahora, su única esperanza era usar su desesperación para comprar un minuto más para Xia Qiu. ¡Un minuto más, una pizca más de esperanza!
Wang Zhong observó al hombre de mediana edad acercarse, tomó una respiración lenta y confió únicamente en el Poder Explosivo enseñado por Ling Feng. En cuanto a cuán grande podría ser el poder del Poder Explosivo, si podría ayudarlo a retrasar un poco más el tiempo, Wang Zhong no tenía confianza alguna.