—El gorila luchaba por levantarse del suelo, el miedo evidente en sus ojos.
Antes de que pudiera recuperarse, el puño de Ling Feng lo golpeó una vez más.
Cinco minutos después, Ling Feng continuó su camino sintiéndose renovado, dejando solo un gorila golpeado hasta convertirlo en una bola.
Las lágrimas se acumularon en los hinchados ojos del gorila. ¿Por qué poseía este flacucho una fuerza tan inmensa en su interior?
Después de derrotar a varios grandes bestias salvajes en sucesión, Ling Feng desataba su fuerza vigorosamente, dejándolo sintiéndose renovado y haciendo que sus pasos fueran más ligeros.
Echando un vistazo a la Cresta de las Nubes Miao en la distancia, Ling Feng ya no quería perder más tiempo en el camino. Su aura cambió, y una respiración peligrosa emanó de él, sobresaltando a los pájaros en la selva circundante hacia un vuelo abrupto.
