Volumen 2 - Capítulo 6: Preparaciones y Futuro - Parte 2.
Con Ikali - Minutos Después.
Actualmente la morena se encontraba en la cima de uno de los edificios de la ciudad este lugar era un barrio en la parte más profunda dentro de la zona pobre.
Pero incluso si estaba dentro de la zona marginada era la más brillante con diferencia, no solo por la cantidad de vida nocturna que había, sino también por las construcciones que había en estos lugares.
Este lugar era conocido como el barrio rojo, un lugar dedicado exclusivamente para la vida nocturna de la ciudad.
Aquel lugar se miraba hermosamente brillante por la gran cantidad de luces producidas por las piedras de luz y fuego…
A sus ojos, el brillo y la luz de este lugar era realmente hermoso, de cierta manera le recordaba a las grandes ciudades de su antiguo mundo cuando la hora de la noche llegaba en aquellos tiempos de paz.
Parecía qué los humanos de este mundo habían utilizado estás piedras para iluminar sus ciudades a gran escala, algo similar a las luces de neón que brillaban en todo momento por la noche.
— Así que este es el barrio rojo… Vaya realmente es igual que los barrios de las grandes ciudades de la tierra… La vida nocturna es increíble en este lugar también… Parece estar lleno de burdeles, casinos y bares. — dijo Ikali al ver la gran cantidad de personas que había por todo este lugar.
Para su sorpresa este lugar era visitado por una gran cantidad de hombres y mujeres adultos, pues parecía juntarse en este lugar sin que muchas de estas fueran prostitutas.
— Bueno… Al menos aquí están los mejores bares de esta ciudad, tal vez pueda sacar algo de información relacionada a los otros campeones… Aunque… Ahora que soy una mujer espero no tener problemas si ando por aquí… — dijo Ikali cansadamente pues no sabía si destacaría por estar aquí.
Dando un salto, la morena llegó al suelo cayendo frente a un grupo de aventureros que se encontraban ya algo ebrios.
Aún portaba aquel vestido que había estado usando para la cena con el maestro del gremio, por lo que al verla simplemente se alejaron y empezaron a reír cuando uno de sus amigos mencionó lo grande que era en todo el sentido de la palabra.
La morena al escuchar eso se miró a sí misma, no era su culpa que su madre le haya dado este cuerpo… Después de todo era parte de su genética la que le había dado semejante busto.
Chasqueando la lengua la chica se preparó para continuar su caminó por lo que dando un paseo por el lugar miraba por todos los puestos, bares y restaurantes con toques más exóticos los diversos lugares donde podías pasar un buen rato por algo de dinero.
Aunque realmente nadie se le acercaba Ikali noto como la mayoría de personas estaban en sus propios asuntos.
Viendo uno de los lugares, noto un bar a la distancia, en el parecía entrar algunas mujeres y no podía sentir la presencia de hombres en ese local.
Parecía ser alguna especie de bar solo para mujeres, por lo que, pensando, la morena supuso que era alguna especie de bar lésbico.
Esto sorprendió a Ikali por lo abierto que eran con estas cosas, aunque era solo su pensamiento había decidió entrar.
Pues estaba segura de que ella podía sacar más información de un lugar cómo ese al haber más mujeres.
En especial por qué parecía un local que olía bastante bien y parecían vender algo de alcohol muy dulce por el extraño olor que le gustaba.
Aun así, el bar se encontraba en las últimas calles del barrio rojo por lo que estaba un poco más oscuro que el resto de los bares que estaban más a la vista.
Entró por la puerta principal del negocio, a sus ojos era un bar simple donde había algunas chicas sentadas, cada una de ellas parecía estar relajándose y parecían ser una prostituta debido a la ropa algo sexy que estaban portando, no parecía haber ningún hombre en este lugar y ni siquiera podía sentirlo con ayuda de técnica para sentir las presencias.
A simple vista, todo esté lugar parecía ser un simple restaurante bar que tenía algunas fintas algo eróticas, pero a la vez era más cómodo que un bar cualquiera de este sitio.
La morena sonrió pues parecía que no tendría problemas en conseguir algo de información en este sitio, después de todo, aunque había mujeres de raza humanoide en este lugar.
Elfas, semi-humanas e incluso en estos barrios había visto mujeres demonio y de otras especies como las dríadas.
Lo que haría más fácil saber la información de los otros campeones pues no sabía mucho de ellos, se preguntaba si serían diferencia a lo que fueron en su vida como Kali Hedeon, después de todo ella había usado las almas de los campeones junto a la suya propia para crear aquel sello con el que detuvo a ese monstruo.
Por lo que con eso en mente la morena camino hacia la silla cerca de la barra, dejando su bolso de aventurera en la mesa.
Había sido vista por varias de las mujeres del lugar todas ellas pensaron que por su forma de vestir era alguna especie de noble que se había perdido en el barrio.
Una mujer con algunos rasgos de dragón más ligeros que las personas mitad dragones que Ikali había visto por la ciudad, noto como ella se encontraba en la zona de bebidas del bar limpiando cada copa y plato con un pañuelo.
Ella parecía ser la encargada de este negocio y observó a la joven mujer de piel oscura y ojos de diferente color de la misma forma en la que la morena le había visto hace unos instantes.
Noto cómo se sentaba en una de sus sillas dejando su bolso en la barra y a su vez dejó de mirarla para notar a cada una de las botellas de alcohol que estaban en su estante.
Nunca antes la había visto por estos lugares pero era realmente muy hermosa…
A simple vista por aquel rostro y esa piel extraña le recordaba a la vieja historia que su vieja madre alguna vez le contó.
La historia de una mujer nacía por Reiki misma que trajo la protección de las cuatro razas en los tiempos más oscuros del mundo.
Pues su misma madre siempre se refería a esa mujer cómo hermosa, fuerte y con una piel más oscura que la del resto de personas, esto debido a que su madre le contó que la Diosa Reiki era del mismo color que ella.
Por alguna razón ese recuerdo había sido lo primero que pensó al verla y la draconiana se quedó observándola.
Por la ropa que tenía se miraba como una especie de mujer noble, pero su físico le dictaba que era una aventurera.
Los músculos del brazo de la morena estaban algo desarrollados más que cualquier mujer que haya visto a pesar de su imponente busto y apariencia femenina era bastante linda.
Mayormente, como dueña de este lugar ella conocía a cualquiera de las chicas que trabajaban en la zona del barrio rojo, incluso a aventureras que debido a la necesidad o el gusto de divertirse venían a este lugar, pero ella era alguien que no había visto nunca.
Incluso alguien con una piel como la de la Diosa Reiki o similar a la de los clanes del sur del reino humano debería destacar entre todos pues, aunque había humanos de piel más oscura que el resto no llegaban a esos tonos, a menos claro que fueras quemado bajo la luz del sol por mucho tiempo, algo que no era tan común a la mayoría de las personas al saber algo sobre la magia.
A simple vista, esa mujer no parecía estar perdida, pero era obvio que no era de estos lugares ni siquiera de esta ciudad…
Pues jamás la había visto en el exterior, incluso su presencia era por alguna razón profunda pero pura, como si ella fuera alguien del cual podrías aferrarte en un momento de necesidad.
Sin saber que decir, la mujer decidió preguntar, pues todos aquí sabían que este lugar no era para el público, sino más bien como una zona de descanso para las trabajadoras nocturnas del barrio rojo, por lo que era obvio que ella no era una trabajadora, pero… Si era alguna chica que buscaba trabajo y era nueva sabía que tenía potencial para atraer a los hombres…
Incluso si ella era más alta y grande físicamente que ellos, su gran busto le daba ese potencial atractivo junto a su piel única.
Aun así, ella misma sabía que por mucho que luciera hermosa sabía que no era una de las chicas de este lugar, pues no era alguien que a sus ojos le pudieran engañar.
Lo sabía muy bien, ella era diferente a las mujeres de estos barrios… Incluso si había aventureras, mercenarias o magas todas ellas tenían una actitud similar.
Pero para sus ojos, esa chica era distinta a las que habían llegado anteriormente, era fuerte, confiada en sí misma, pero a la vez era seria pero amable.
Para alguien que miraba todos los días muchas caras también podía notar una cara oculta en ella.
Se había dado cuenta con facilidad que la joven mujer parecía mentalmente cansada, cómo si una gran preocupación estuviera en sus hombros en este momento… Había visto tantas veces este problema, por lo qué sin perder tiempo se acercó lentamente a la mujer para llamar su atención y ofrecerle algo.
— Disculpa, lindura te has perdido, parece que no has tenido un buen día por lo pensativa que estas... — comentó la voz femenina de aquella mujer que se encontraba atendiendo el negocio.
Ikali, la miró un poco, era una mujer que aparentaba estar en sus 40 años, aún así se miraba joven y era bastante atractiva, tenía una piel blanca acompañada de un largo cabello negro y rasgos de dragón menos dominantes, con ojos de color verde y aunque sus rasgos Draconianos eran menores al resto de mujeres que había visto de esa raza, cabía la posibilidad que tal vez ella era mitad humana.
Ahora mismo su ropa constaba de lo que parecía ser un vestido y una especie de mandil que le permitía guardar algunas monedas que recibía de las clientas.
Ikali al escuchar su pregunta le respondió con una sonrisa en su rostro, no pensó que la encargada le hablara tan rápido.
— ¡Oh! No… Realmente no… Solo venía a tomar un trago, igualmente gracias por preguntar señorita. — comentó Ikali tranquilamente.
— ¡Oh vamos!... No tienes que ser tan cortés niña… Ya tengo mi edad, aunque no lo aparento debido a mi raza jajaja… Pero tranquila entiendo que sea algo extraño que te pregunten algo así la primera vez que conoces a alguien… — dijo la mujer sonriendo.
— Aunque por tu ropa, no parece que eres de estos lugares… Son ropas muy formales para una señorita de estos barrios… Seguro debes ser fuera del reino humano, tal vez eres descendiente de alguna humana con un ogro o no se una ogra con un humano… Aunque no pareces tener cuernos y tu piel tampoco tiene marcas de ogro… Pero bueno… Aun así, bienvenida a mi posada, aunque creo que no sabes que esto no es una posada normal verdad. — comentó la mujer mientras se alejaba a servirle algún vaso de alcohol de aroma dulce.
— Jaja realmente no conozco mucho de este lugar y si… No soy de aquí de ciudad espada, aunque vengo de "Pueblo plateado" un pequeño pueblo comerciante cerca de la capital y es donde he estado viviendo toda mi vida… Y bueno sobre mi raza… Que yo sepa siempre he sido una humana, mi madre y mi padre ambos fueron humanos normales, solo soy un poco más grande que el resto de las personas. — dijo Ikali sonriendo apenada.
— Realmente no sabes mentir… — dijo Vex mentalmente escuchando todo lo que Ikali había mencionado.
La morena miró a su IA y está solo guardó silencio ya que tenía que ignorar todo lo que Vex le decía, pues tenía que seguir el papel de que era solo una mujer de pueblo plateado y no la campeona de las cuatro razas….
— ¡Oh!… Así que eres de pueblo plateado… Ya veo… Dicen que es un pueblo que surgió cuando el mago más fuerte del reino se retiró del ejército y se unió a sus viejos colegas para administrarlo…. Incluso dicen que el señor de esas tierras es el comandante del ejército del rey humano, el comandante invencible Boris el maestro de la espada y que, gracias a él, seguramente el pueblo se volverá una gran ciudad en unos años más. — dijo la mujer dragón a lo que la chica morena le miró impresionada.
Aunque sabía desde hace tiempo que sus viejos maestros eran halcones de guerra nunca pensó que realmente fueran tan conocidos en otros lugares, incluso si este lugar seguía siendo parte del reino era sorprendente que lo conocieran, después de todo hacía mucho tiempo que su maestro se había retirado como miembro del ejército del rey.
— Si… El pueblo ha crecido bastante gracias a ellos, aunque claro no es tan grande como una ciudad, realmente es un pueblo bastante hermoso lleno de vida… Hugo y Boris fueron mis maestros cuando aún vivía en ese pueblo, cuando les dije que quería comenzar como una aventurera y viajar por el reino ellos se ofrecieron a entrenarme… Y bueno… Ya que el pueblo está cerca de la capital a unos cuantos días a pie decidí que sería buena idea ir a lugares más lejanos como ciudad espada que está en los límites del mar que lleva a la tierra de los dragones. — dijo Ikali sacando su mapa y mostrándolo a la mujer dragón.
— Parece que realmente has avanzado mucho para ser una aventurera novata no lo crees…. — comentó la mujer dragón por unos segundos.
— Puedo ver con facilidad que eres fuerte… ¿Sabes? A muchos espadachines les hubiera gustado tomar clases con el señor Boris, después de todo es uno de los comandantes del reino que llegaron al nivel de maestro de la espada… No… Incluso que el mago del doceavo círculo Hugo Arizaga, aquel que invoca las tormentas te entrenara hace poner muchas expectativas de que tan poderosa eres… Así que, si fuiste alumna de dos viejas leyendas, debes ser muy fuerte señorita. — dijo sonriendo la chica pues podía ver aquella placa de grado oro en su brazo.
La morena recordó el entrenamiento que había tenido con ellos dos, aunque había sido un entrenamiento infernal, lo había podido soportar, sin embargo la fuerza de Hugo y Boris siempre había permanecido oculta para ella.
Aunque sabía por las historias que había contado en alguno de sus tiempos de descanso, el simple hecho de ser reconocidos como los más fuertes del reino le entraba la duda sobre que tan poderosos eran en realidad.
Pues ahora que conocía en parte el límite de este mundo Boris y Hugo debieron ser tan fuertes para estar al nivel de un top mundial o incluso lograr superarlos.
— La verdad es que le debo mucho a ellos… Fue gracias a ellos que pude aprender en parte lo que sé, así que creo que tienes razón… A si… Otra cosa, realmente lo siento, pero tengo que estar en desacuerdo con lo que me pidió… No puedo decirle señora, ya que para mí se ve como una señorita, con esos rasgos ligeramente de dragón, luce bastante linda a mis ojos… — dijo dando una pausa la morena para sonreírle con sinceridad a la mujer la cual simplemente se miró apenada un poco por aquellas palabras de su nueva conocida.
— ¿Qué estás diciendo niña?... Tampoco soy tan joven sabes… — dijo apenada la dragona, mientras el resto de las mujeres del bajo mundo miraban esto sonriendo, pues parecía que su señora había hecho una amiga.
— Aun así… Realmente creo que no deberías estar aquí… El barrio rojo y los barrios bajos han estado en muchas disputas por los bandidos y los criminales del bajo mundo… Aunque contratemos gente, los barrios bajos han cambiado debido a la falta de seguridad… Así que este lugar es un poco peligroso incluso si eres una aventurera experimentada… — dijo la dragona dejando a la morena algo pensativa.
Parecía que el tema de Draken era algo que había afectado en gran medida a la mayoría de los sectores de esta ciudad, por lo que los barrios bajos no eran una excepción.
— Ya veo… Aun así, estaré bien, así que realmente no tienes de que preocuparte, quien nada debe nada teme. — comentó riendo Ikali mientras recibía el vaso de alcohol dado por la mujer dragón.
La morena le dio un sorbo sonriendo, pues de verdad amaba este dulce alcohol que le recordaba a sus bebidas preparadas en la tierra.
— Entiendo… Lamento molestarte… — comentó la dragona a lo que Ikali sonrió.
— No te preocupes… Ahora… Lo que me gustaría saber es qué clase de negocio tienes aquí, por lo que veo no es un burdel ¿Verdad?... — dijo Ikali mirando a su nueva amiga.
La mujer asintió mientras tomaba su propia bebida y miraba a las chicas por unos segundos.
— Como sabes, el barrio rojo es un lugar conocido por sus bares y burdeles… Y es el lugar de trabajo para muchas mujeres de los barrios más pobres de la ciudad, debido a la falta de seguridad y condiciones deplorables de la mayoría de burdeles es que se creó este lugar, una taberna y posada para aquellas mujeres que no tienen un lugar a donde volver. — dijo la mujer dragona, mientras saludaba a una de las chicas que entraba algo pensativa y triste.
— La vida de todas ellas es algo complicada… No tuvieron la suerte de ganarse la vida de una u otra forma… Por lo que tuvieron que recurrir a esta vida y aunque hay algunas que les gusta hacer este trabajo para otras es solo una forma de poder comer. — comentó la dragona mientras la morena observaba a cada una de las chicas sentadas.
Algunas tenían el rostro apagado y otras solo estaban sentadas hablando con sus compañeras, por lo que cada una de ellas era realmente un mundo.
— Así que por eso este es el lugar está más alejado dentro del barrio rojo… Me gusta que sea un lugar tranquilo para todas ellas sin importar los motivos por lo que decidieron trabajar como prostituta… Aquí ellas pueden descansar luego de trabajar o incluso si estas se sienten intimidadas por algún cliente o necesitan un lugar para hacerlo ellas pueden venir a este lugar… Normalmente tenemos a uno o dos guardaespaldas que nos ayudan con la protección de las chicas, pero es un tema complicado últimamente… Recientemente ha habido algunos problemas con el tema del gran dragón que anda rondando la ciudad y los alrededores… Por lo que muchos guerreros han sido atacados por aquella bestia y ahora ellos están incapacitados… Intente poner una misión al gremio de aventureros y en el de mercenarios, pero creo que no la han tomado aún… — dijo suspirando la mujer dragón mientras Ikali ahora miraba con otros ojos a aquella mujer.
— Es interesante… Por cierto… ¿Cómo te diste cuenta de que yo no pertenecía a este lugar? — comentó Ikali tomando otro trago de su bebida a lo que la dragona pensando un poco empezó a reír.
— Bueno… Fue bastante fácil… Destacas a simple vista… Fue gracias a eso que supe que no eras una chica nueva… Sumándole al hecho que todas las chicas de los burdeles se conocen entre sí por lo que realmente si hubiera llegado una chica nueva como tú, estoy segura de que las chicas me hubieran dicho de tu llegada. — comentó la dragona sonriendo.
— Ya veo… Aunque sigo sin entender porque ellas tendrían que avisar de mi llegada… — comentó Ikali con duda a lo que una de las chicas que pasaba cerca habló acercándose al grupo de ambas mujeres.
— Porque eres una joven belleza exótica y de pechos grandes. — comentó una mujer humana que aparentaba tener aproximadamente 24 años, de cabello castaño y ojos verdes.
— Dayana tiene razón… Después de todo, eres una belleza y aunque hay chicas con pechos grandes, tu piel es diferente y eso atrae a los hombres… Después de todo las chicas nuevas son las más cotizadas entre los clientes de los burdeles de esta zona… Todos quieren probar a una chica nueva y más si es diferente a las que puedes encontrar normalmente en estos lugares. — comentó la mujer dragón mientras servía otros vasos de alcohol.
— Tal vez no lo sepas chica aventurera… Pero en este lugar, los hombres adoran los pechos grandes, por lo que realmente estoy segura de que ganarías mucho dinero si fueras una prostituta… — dijo la mujer llamada Dayana.
A su lado otra de las chicas se acercó, era una semi-humana que aparentaba ser una especie de mujer pájaro de cabello negro, con alas en su espalda similares a los de una arpía, sus ojos eran de un color azul brillante y se colocaba en la barra con gracia, físicamente tenía un cuerpo atractivo y delgado entre los 18 a 23 años de edad.
Sus plumas se miraban atractivamente alrededor de su cuello mientras la pelinegra sonrió al verla.
— Tal vez no conozcas a todas nuestras amigas, pero las chicas cómo tú son muy cotizadas, aquella semi-humana que está sentada por ejemplo es una de las chicas más populares en el burdel lila, dicen que los hombres aman sus grandes pechos y sumándole aquella belleza por sus rasgos de perro se ve bastante linda ¿No?... — dijo la mujer con características de pájaro, a lo que Dayana al verla empezó a reír.
— No te preocupes por Ina… Ella siempre se mete en las conversaciones ajenas de otras personas, pero es una buena persona… — dijo riendo la castaña.
— Sí, supongo que tienen razón…. — dijo riendo la morena a lo que la dragona y las otras dos hicieron lo mismo.
— En fin… Parece que algo bueno tenía que tener de mi madre después de todo… — dijo Ikali riendo mientras la pelinegra hacía lo mismo.
— Si realmente…. Puedo verlo… Parece que heredaste buenos genes… Estoy segura que podrás tener buenos niños en el futuro si decides juntarte con un buen hombre. — dijo la mujer dragón a lo que Ikali solo se quedó en silencio.
Por alguna razón ella recordaba una conversación similar cuando era Kali Hedeon…
Queriendo ignorar aquello movió su cabeza hacia un lado haciendo que la dueña del establecimiento se quedará confusa por aquella reacción, pero la ignoro continuado con la plática.
— En fin… Volviendo al tema principal… Supe que no eras igual a estás chicas porque llevas contigo una bolsa de aventurera y también tienes una placa de rango… Ninguna de ellas usaría algo como eso, más que nada porque no son aventureras y aquellas que sí lo son ocultan sus identidades, en este barrio es difícil confiar en las personas. — dijo la dragona suspirando.
La morena entendiendo esto suspiro, no se acordaba que había estado usando su placa todo esté tiempo.
— Parece que apenas te diste cuenta de esto ¿no? Señorita aventurera jajaja… — dijo riendo la mujer dragón.
— Bueno la verdad es que no me había dado cuenta de que tenía mi placa conmigo… — dijo Ikali.
— Si, lo imaginó… Pero sabes… Aun así, tenía dudas sobre por qué estabas aquí… Mi primera opción fue, sobre que eras una aventurera que buscaba algo de diversión por una noche o por lo contrario ibas a alguna cita a algún bar cercano con algún aventurero y no salió como pensabas… o la última que necesitarás trabajo para poder conseguir dinero. — comentó la dragona riendo e Ikali empezó a reírse.
— Bueno… Parece que realmente me atrapaste en todo… Realmente fue la segunda opción…. Aunque se podría decir que más que una cita fue una reunión de trabajo y llena de cosas molestas… — dijo Ikali dando un gran sorbo de la bebida.
— Sabes… Todo eso me dejó pensando en muchas cosas que lamentablemente no está en mi poder solucionarlas y eso me estreso muchísimo… Por lo que debido a eso fue, que quise salir a divertirme, ya sabes buscar algún lugar donde tomar y desestresarme… Sin embargo, todos eran prostíbulos o bares del bajo mundo. — dijo Ikali mirando a la mujer.
La dragona observándola se quedó en silencio.
— Encontré este lugar que parecía un bar solo para mujeres cómo los de la capital y no se pensé que a lo mucho habría hombres bailando en algún tubo, pero es más calmado de lo que pensé, así que tal vez eso fue lo que me hizo entrar, pues sería más cómodo estar aquí con mujeres que entre tantos hombres borrachos que seguramente ellos podrían confundirme con una chica del barrio rojo… Sin ofender. — comentó Ikali mirando a las chicas que estaban a su lado.
— No, no te preocupes… En eso tienes razón… Muchos hombres que vienen a estos lugares son unas bestias… Y no te preocupes, entendemos el comentario, lastimosamente no hay bares solo para chicas en esta ciudad… Aun así, escuche que en la capital tienen algunos muy útiles para las aventureras y mercenarias que están en constante estrés… Si sabes a lo que me refiero, incluso algunos tienen servicios similares al de los burdeles para hombres. — comentó Dayana riendo a lo que todas rieron por lo dicho.
— Bueno… De igual forma no creo que haya mucho problema si ella usa este lugar, no creo que nadie se enoje sabes… Mientras ella soporté el ruido que hacen algunas de las chicas en las habitaciones no creo que sea un gran problema. — comentó riendo Ina mientras se colocaba en una posición algo erótica y empezaba a saltar haciendo la burla.
La morena viendo esto empezó a reír junto a las demás mientras la mujer dragón se enfadó por lo dicho.
— No la molesten chicas… Que les dé oportunidad de hacerlo aquí es para saber que ustedes están bien… Aun así, no te preocupes señorita, aunque no es un bar para chicas, si quieres puedes quedarte el tiempo que desees aquí, a ellas tampoco les molesta conocer a una nueva amiga de su edad y más al ser una gran aventurera ¿Verdad? — comentó la dragona mientras Dayana e Ina se miraron.
— Para nada, realmente es agradable ver caras nuevas. — comentó Dayana sonriendo.
— Lo mismo digo…. Aunque espero que no seamos aburridas para ti… Ya que tú eres una aventurera y eso… Ya que bueno… Nosotras somos civiles normales. — comentó Ina alejando su mirada.
— Para nada, no creo tener ningún problema, realmente agradezco que me acepten incluso si no soy una de ustedes… — dijo Ikali sonriendo algo tímida.
Las chicas viendo esto acariciaron la cabeza de la morena.
— Eres tan tierna ¿Sabes?... Aunque eres bastante grandota. — dijo Ina emocionada.
— No te preocupes por esas cosas, la verdad es que también me recuerdas a una vieja amiga con la que viví muchas cosas cuando era joven… — dijo la dragona atrayendo la atención de las tres mujeres.
— Ella fue la que me ayudó en mis peores momentos cuando yo también llegué a trabajar como prostituta durante bastante tiempo… También fue la dueña de esta posada abandonada en el barrio rojo… Le debo a ella muchas cosas, así que… De cierta manera cuando te veo la recuerdo. — dijo sonriendo la mujer.
Ikali por su parte se quedó pensando en aquello que la dragona había dicho…
— En fin… Si quieres utilizar este lugar para pensar un poco las cosas que te preocupan no creo que nadie de aquí tenga muchos problemas por algo como eso — dijo la dragona a lo que la morena sonrió.
Parecía que en este mundo algunas mujeres seguían apoyándose entre sí sin dudar tanto la una a la otra, por lo que para la morena era lindo recibir por segunda vez este sentimiento diferente al que cómo hombre podía sentir de otros hombres.
Antes de siquiera poder decir algo, el grito de una chica se escuchó afuera del bar, por lo que todas las chicas que estaban sentadas gritaron al ver como una chica que portaba un vestido negro bastante sexy entró a través de la puerta bastante golpeada.
La morena se levantó de inmediato sintiendo algunas presencias afuera, eran algunos cuántos hombres por el tipo de aura que transmitían.
Tal vez eran hombres del bajo mundo buscando problemas, pero sus intenciones estaban repletas de pensamientos más allá que el simple matar a alguien.
Caminó junto a la dragona la cual estaba preocupada por la mujer observando como la chica en el suelo temblaba del dolor pues había sido golpeada brutalmente, parecía que el daño principal fue causado con alguna especie de maza cerca de su abdomen.
La morena se agacho y movió su mano hacia la visible herida, las chicas observaron como una especie de energía anaranjada y rojiza se proyectaba a través de su mano hacia su cuerpo.
— Magia de curación: Curar. —
Era la técnica que Ikali había utilizado mientras la chica anteriormente golpeada se encontraba sanada por completo.
Incluso si sabía que no era tan buena en la curación como Hilda, ella había aprendido de la importancia de las técnicas de curación de Meztli, por lo que su magia de curación era de alto nivel incluso si era solo una curación simple.
— La curó con una curación sin canto… Pero cómo fue eso posible… Ni siquiera los curanderos del gremio de médicos puede hacer algo como eso… — dijo Dayana mientras observo a Ikali levantarse.
La morena junto a varias de las chicas del lugar, miraron a través de la puerta lo que había causado que una de sus compañeras había sido golpeada gravemente.
— Bastardo te dije que no las golpees tan fuerte a estas perras… — dijo el hombre mientras golpeaba a uno de sus compañeros que sujetaba una maza.
— ¡Pero hermano!… ¡Es culpa de esa perra y sus amigas!… ¡Ellas nos rechazaron!… — dijo el hombre de la maza mientras sujetaba del pelo a otra chica que apenas parecía tener 17 o 18 años.
La morena se fijaba en ella, podía ver la marca de los golpes en el rostro, por lo que sabía que había sido golpeada por aquel hombre que lucía bastante alcoholizado y violento.
Detrás de él más hombres riendo los observaban mientras varias chicas estaban temblando…
En este lugar no habría nadie que las ayudará, eran solo civiles que no tenían una fuerza real y que lo único que conocían de magia era para el uso doméstico.
Incluso si en este mundo solo importaba la fuerza, no todos tenían el talento para usar su poder para eso… Ikali estaba ardiendo de la ira, pero intentaba no demostrarlo, sin embargo sus puños se habían apretado haciendo crujir la madera que sujetaba la puerta dejando una marca en ella.
La apariencia de ese sujeto era la de un criminal del bajo mundo, su apariencia física era simplemente la de una basura que no merecía ser recordado…
La morena se miraba enfadada por aquella actitud del hombre, noto como Dayana estaba enfada y como la mujer dragón parecía estar apunto de lanzarse contra ellos sujetando un gran cuchillo en sus manos.
Aunque sabía gracias a su capacidad de sentir las presencias que el poder de la mujer dragón era de al menos similar a la de un monstruo de rango C- por lo que ella a diferencia del resto de chicas era lo suficientemente fuerte para pelear, la mayoría de los bandidos que tenía enfrente eran de al menos rango D+ incluso aquel que parecía ser el líder estaba en rango C- por lo que estaba seguro que él había sido un mercenario que se unió al bajo mundo…
Los humanos y civiles de otras especies que no habían entrenado su magia más allá del uso doméstico de esta, se encontraban en promedio del rango F- un nivel que a simple vista era débil para muchos usuarios de magia, pero ese era el nivel de los civiles de este mundo.
Pero el rango F- era el mínimo de fuerza para enfrentar criaturas que podrían matar a un humano adulto entrenado por varios años de la tierra en solo un parpadeo…
Por lo que aquellos que superan el rango D+ ya eran considerados guerreros capaces de eliminar horas de monstruos rango F y E… El simple hecho de que esos bandidos tuvieran ese poder solo reforzaba más su teoría que no eran civiles sino ex-mercenarios, soldados o aventureros.
Para Ikali ellos eran basuras, que habían utilizado lo que había aprendido para hacer el mal a otra persona sin ninguna razón o justificación… La había golpeado con una maza que podría despedazar a una persona solo por que lo habían rechazado… Si dejaba que la dragona se enfrentará a todo ese grupo, ella podría morir.
— ¡Malditos! ¡Se están aprovechando ahora que Ash y Gray no están!… — dijo Ina mientras sus rasgos de ave se afilaban.
— ¿Ash y Gray? ¿Crees que mercenarios de rango intermedio bajo son capaces de enfrentarnos a todos nosotros? — dijo el líder mientras amenazaba con acercarse a la mujer pájaro.
— Es suficiente… Ustedes zorras las hemos dejado trabajar sin ningún problema en mucho tiempo, pero es suficiente, a partir de ahora ustedes nos darán un porcentaje de lo que ganan. — comentó el hombre presumido.
— Si no les pasará lo mismo que a su linda amiga. — comentó el hombre a lo que las chicas se miraron.
— Pero sin el dinero no podré comprar el tratamiento… — comentó una de las chicas.
— Mis hermanitos no tienen nada que comer en casa… No puedes cobrarnos por trabajar… Apenas tenemos dinero para vivir… — comentó otra de las chicas.
— Ustedes decidan pero… Ya que ustedes no quieren entender, creo que tendré que hacer que ese bastardo la golpee más ¿No lo creen? — comentó riendo el hombre, mientras su compañero sujetaba a la mujer del cabello.
— ¡Maldita perra! Las perras que no entienden su posición no sirven para absolutamente nada… — comentó el bandido tomando a la mujer del cabello.
Aunque cada una de las mujeres miraba esto, no sabían qué hacer… Ellas no eran guerreras, no eran aventureras, no tenían un poder real en este lugar… No eran nada más que mujeres civiles que trabajaban en un trabajo que muchas veces simplemente la vida las había arrojado a ésto…
La mujer dragón intentó salir tomando un cuchillo que estaba colgado pero la mano de Ikali se extendió deteniendo el avance de la mujer.
La dragona intentando actuar estaba apunto de decirle algo pero al ver el rostro de aquella mujer un recuerdo había sido activado en su memoria… Era diferente al rostro que había visto anteriormente… En su mirada no había aquella amabilidad, su rostro era serio y con un semblante intimidante pero a la vez podía sentir una extraña aura de tranquilidad que le decía que todo estaría bien.
— No te preocupes… Por favor déjame encargarme de esto… — comentó saliendo de la taberna la morena.
Los bandidos notaron como de la puerta salía una mujer de piel morena que lucía bastante intimidante, no solo por lo alta que era, si no por aquella extraña presión que sentían al estar frente a ella… Sus ojos heterocromáticos se encontraban brillantes de una forma única, uno de los bandidos la reconoció al verla y se preguntaba porque ella estaba aquí…
— No puede ser… Por que esa mujer monstruosa está aquí… — comentó el hombre a lo que su líder al escucharlo le miró con dudas.
Aquella que eliminó a sus compañeros, ella era la que había atacado a todos los demás miembros de su antiguo grupo, quería huir sabiendo lo que seguía a continuación… Pero sabía que ya era tarde.
— ¿Se divierten señores?… Por que ha decir verdad… Han arruinado mi puta noche… Saben yo solo quería pensar un rato mientras tomaba un trago de alcohol, pero parece que la inseguridad en esta ciudad es algo bastante común… ¿Y saben qué es lo peor de todo esto?… Es que está noche la estaba pasando con estas lindas damas, mientras ustedes vienen y causan un desastre… — comentó visiblemente molesta Ikali mientras su aura empezaba a filtrarse de su cuerpo.
Algunos no se habían visto intimidados por la actuación de la chica, por lo que rápidamente intentó acercarse a la chica mientras hablaba.
— ¿Acaso es otra estupida prostituta barata que intenta meterse con nosotros? ¿Qué demonios crees que eres estúpida perra? Acaso estás loca… — intentó terminar de decir aquel hombre que sujetaba a la joven chica del cabello, sin embargo cada una de las palabras del hombre fueron calladas por una patada tan rápida que nadie la había visto se dirigió directamente al cráneo del hombre haciendo que su luz se apagará en su mirada.
Su cuerpo sin vida se dirigió hacia la pared donde quedó clavado en ella, mientras la morena tomaba a la chica que estaba en el suelo llorando.
— Si que es bastante débil… Son solo bandidos de poca monta que se creen más hombres por atacar a una mujer civil… Conozco muchas chicas aventureras y mercenarias que podrían matarlos de un solo movimiento bastardos… — comentó riendo la chica haciendo que su vestido se moviera atractivamente con cada paso que daba.
Uno de los hombres fue a ver a su compañero y al intentar moverlo noto que este estaba muerto…
— ¡Está muerto! ¡Esa maldita perra negra lo mató! — comentó uno de sus compañeros mientras Ikali empezaba a reír.
— ¡Vaya inutil!... Es increíble lo débil que era ese sujeto… No tiene la fuerza para hacer que sus palabras valgan realmente la pena… En fin qué puedo esperar de sujetos que se creen la gran cosa contra mujeres que solo intentan ganarse la vida como pueden. — comentó despectivamente a los hombres que temblaron un poco por lo que acababan de ver.
Aquel sujeto que había reconocido a la morena estaba mirando a su compañero con desesperación, para él no había forma de ganarle a ella.
— Déjame irme por favor… Esa mujer…. Esa mujer es un monstruo… — intentó decir el hombre pero fue callado al ser golpeado en el rostro por su compañero.
— ¡Compórtate bastardo! No entiendo como puedes tenerle miedo a una simple puta… — comentó enojado el hombre pero Ikali sonrió hacia su dirección.
— Así que uno de ustedes me reconoció… Parece ser que eras el bandido faltante de aquella ocasión… — dijo Ikali sonriendo.
El hombre asustado se lanzó a sus pies mientras imploraba su perdón.
— ¡Te prometo que yo no tengo nada ver con ellos!… Yo… Solo soy un pobre diablo que se acercó a este lugar en un mal momento… — dijo el bandido mientras las mujeres observaban a la morena.
— Maldita sea… Así que ella es la que metió a la cárcel al grupo de bandidos de Camus… Jefe no deberíamos meternos con ella.— comentó asustado otro de los hombres a lo que el líder algo borracho sacaba su arma y hablo.
— ¡Y una mierda! ¡No dejaré que una estúpida mujer se burle de nosotros! Incluso si tengo que matarla yo mismo jamás dejaré que se burlen de mí — comentó mientras tomaba su espada visiblemente enfadado y tiraba la cerveza a un lado.
— ¡Oye! No escuchaste lo que dijo tu compañero, él tiene razón, yo no haría lo que estás pensando en hacer por favor escucha tu compañero, si lo intentas lamentablemente tendría que romperte la columna o reventar tu cráneo de una patada como lo que le hice a tu amigo. — comentó burlonamente Ikali mientras el hombre corría hacia su dirección y dando un tajo ataco.
El ataque con el cuchillo había sido rápido, lo suficientemente rápido para aparecer frente a la morena en escasos segundos, sin embargo ella había podido ver todo en cámara lenta.
— Mala decisión… — dijo Ikali esquivando el movimiento sin apenas moverse, sacando su daga, la colocó en la garganta del hombre, los pies del sujeto habían sido golpeados por una patada haciendo que este cayera frente a la daga y la espada del bandido caía al suelo en solo un instante.
— Desarmado de un simple movimiento de pies… Ahora mi daga está en tu cuello y pronto morirás… Fácilmente podría rebanar tu garganta y reírme de ello, no lo crees, después de todo tu pareces disfrutar de hacer lo mismo. — comentó riendo Ikali.
— ¡Estás loca!… ¡Estás jodidamente loca! ¡Maldición no se queden allí y hagan algo! — comentó el hombre mientras el resto de bandidos sacando sus armas estaban apunto de lanzarse contra la mujer.
El único que se mantenía en su posición inicial era aquel bandido que se encontraba de cuclillas pidiendo perdón.
— Yo no lo haría si fuera ustedes… Chicos… Sus padres nunca les dijeron que hacerle caso a estúpidos que no aprecian su vida es simplemente el peor error que puedes hacer… Después de todo hacerle caso a este estupido es elegir la muerte… — dijo Ikali sonriendo.
— Aunque sean capaces de manejar magia y atacar como guerreros de cuerpo a cuerpo, no son nada comparados a mi… Soy una usuaria de magia bastante hábil, desde esta posición soy capaz de matarlos a todos si se mueven… Así que si me atacan no me detendré, después de todo nadie llorará su muerte, son solo lo peor de la sociedad, una basura que abusa de los más débiles y aquellos que tienen necesidad.— comentó Ikali mientras temblorosos intentaban moverse luego de haber visto lo que pasó con su compañero.
— La muerte no es algo agradable… Yo ya he pasado por eso una vez y puedo decirles que es la peor de las sensaciones… Y a diferencia de mi, una vez muertos sus almas serán devoradas por la oscuridad misma, ustedes no van a reencarnar en este mundo ni en otro y este será el final de sus vidas por toda la eternidad, así que les daré tres segundos para salir de este lugar o cada uno de ustedes morirá. — dijo Ikali mientras tomaba al hombre del cuello apretándole.
— ¡Uno!… — los hombres temerosos se miraron los unos a los otros, el sudor frío bajaba de su frente mientras el efecto del alcohol se les iba del cuerpo al sentir el aura asesina de la mujer.
Aquel sujeto que estaba hincado se levanto al escuchar lo que la morena había dicho y rápidamente corrió lo más lejos que pudo.
— ¡Dos! — con el segundo número cada uno de ellos tomó la valentía que habían perdido y tomando sus espadas y dagas miraron ferozmente a la mujer morena, todos excepto uno que salió corriendo siguiendo aquel que había corrido antes que ellos.
— ¡Tres! — Al final de la cuenta, los hombres se lanzaron en contra de la aventurera, Ikali por su lado puso un rostro serio y todo pareció ir más lento a sus ojos, pues pareció haber liberado su aura completamente.
— Son unos tremendos idiotas... — comentó Ikali y con esas palabras dichas la fuerza de su agarre en el cuello del líder aumentó en gran manera.
Su cuello crujió de manera espantosa hasta romperse, de forma rápida y precisa arrojó el cuerpo a un lado mientras sus dedos brillaron en un color rojo sangre.
— Se acabó … Mueran por mi técnica asesina. — dijo Ikali mirando seriamente al grupo.
Diez tiros completamente hechos de aura comprimida fueron lanzados a la vez, aquel rayo de energía rojiza atravesaba el pecho y cráneo de los hombres.
Aquéllos que tenían más suerte y no fueron golpeados por uno de los rayos en su cabeza caminaban lentamente deteniendo su paso de golpe solo para ver como sus compañeros cayeron muertos por el potente ataque asesino que la morena había lanzado.
Aquellos que aún no habían muerto, notaron como poco a poco perdían las fuerzas y caían de rodillas, el daño en su pecho, no les permitía respirar mientras miraban aterrados a la mujer que para ellos no era nada más que otra perra que intentaba ayudar a sus estúpidas amigas.
— Bueno, debieron morir en el primer ataque… Hubiera sido mejor para ustedes no sufrir más y morir rápida… Pero no se preocupen tengo a alguien que les gustaría jugar con ustedes. — comentó sonriendo la chica morena mientras detrás de ella de su propia sombra salía una extraña gelatina negra y roja.
— Gluttony, date un festín con las almas y cuerpos de esas basuras… Luego de que acabes ven a verme a la taberna. — comentó Ikali tomando a la mujer herida en sus brazos cargándola hacia adentro.
El rostro de la chica dejó aquella ira en cambio una sonrisa sincera se mostró cuando miro a cada una de las mujeres de aquel lugar.
— Lamento mostrarles algo tan aterrador chicas… Estaba bastante enojada por lo que estos hombres hicieron. — comentó Ikali mientras cada una de las chicas le sonrieron mientras entraban a la taberna.
Detrás de ellas Gluttony comía cada uno de los cuerpos al igual que las almas de los criminales, la Slime podría verse muy feliz sonriendo y devorando aquellos humanos que habían perdido su humanidad al causar todo ese daño.
— Dragoncita ¿Podrías darme un vaso de alcohol? De verdad que es delicioso el alcohol dulce… — con una sonrisa Ikali decía eso mientras la mujer asintió.
En el local - Minutos después.
— Vaya eres muy fuerte señorita aventurera…— comentaban las chicas mientras miraban cómo la mano de la chica morena dejaba de tocar a aquella chica, pues había sanado con magia a la chica que había sido golpeada de igual forma.
— Magia de curación: Curar. — de manera mental la técnica de magia de aura hizo brillar el cuerpo de la chica con el color del aura de la morena, la semi-humana miró su cuerpo en shock y para sorpresa de todas allí presentes la chica sanó de golpe.
— Eso bastará… Ahora estás curada, gracias a todo lo bueno no te has lastimado en exceso, ya que no sé qué tan buena es mi curación comparada con la de otras personas… Pero debería estar bien. — comentó riendo Ikali mientras todas las presentes se colocaron alrededor de ambas.
— ¡Es increíble! Nunca había visto magia de curación tan efectiva… ¿Estás segura de que no eres una santa de alto rango?… Eres muy hábil, no sé si los curanderos de esta ciudad puedan compararse a tus habilidades… Y aparte eres super fuerte físicamente… Incluso si tienes un busto enorme tu físico es muy fuerte… De repente haces una patada extraña y luego de tus dedos salió una técnica mágica que nunca antes había visto. — comentó una de las chicas que era una humana de piel aperlada y cabello rojo mientras movía sus manos de la forma que Ikali había atacado.
— Lo sé, incluso para mí que soy una Elfa me sorprende que haya humanos tan hábiles para la magia de curación…Como maga realmente me sorprendiste, tienes mucho talento incluso más que los elfos de casas nobles… — comentó sonriendo la chica Elfa por lo que Ikali simplemente siguió tomando su bebida.
— No tienen que agradecerme… Solo soy una simple aventurera de rango oro… Lamento matar a esos hombres frente a ustedes…Realmente espero que ya los bandidos no las molesten más, luego de que los rumores de que el grupo fue exterminado se expandan. — comentó la chica morena con una sonrisa algo triste.
— No tienes que preocuparte… Realmente no nos importa que mataras a esos bastardos… Eran solo molestias para todas las chicas de este lugar… Muchos de ellos habían abusado de nosotras en el pasado... — comentó una chica alejando su mirada del grupo.
Incluso si ellas eran chicas que se dedicaban al negocio sexual, esos tipos habían abusado de varias de ellas, no entendía cómo es que los caballeros y soldados no podían hacer nada ante estos eventos.
Parecía que al mundo noble realmente no le importaba la gente y dejaban que los barrios bajos de las ciudades simplemente cayeran en lo más bajo de la oscuridad.
Ikali al escuchar esto se quedó en silencio, parecía que la naturaleza de este mundo era incluso más cruda que la de la tierra… Pero este tema ella ya lo sabía desde el momento en el que llegó a este mundo y noto como otras razas buscaban acabar con villas enteras solo para tener esclavos para vender….
— Aun así… Me sorprende que una aventurera como tú se dedique a trabajar como prostituta… ¿Acaso no ganas lo suficiente o tienes alguna deuda que pagar a algún noble? — comentó la mujer elfo mientras todas miraban a la morena esperando su respuesta.
— Bueno, no es que te vayamos a criticar o decir que no puedas hacer en este trabajo… Aquí hay trabajo para todas y más con ese cuerpo tan sexy que tienes, no puedo creer que tu busto sea real, son más grande que las mías y eso que yo tengo un busto bastante grande... — comentó una mujer semi-humana que tenía rasgos de gato.
— Bueno lo que pasa es que no me dedico a esto jaja… Realmente solo buscaba un bar para estar tranquila y ya que no quería lidiar con hombres, busque un lugar solo para mujeres… Así que terminé llegando aquí por equivocación pensando que era algún bar como el de la capital. — comentó riendo mientras las demás le miraban
— Bueno eso tiene más sentido… No pareces una chica que trabaje en estas cosas… Aunque sí una bastante atrevida como para salir a estos lugares y en especial para buscar chicas para entretenerte. — dijo la elfa sonriendo y riendo.
— Jaja… Es que las mujeres son tan hermosas. — dijo Ikali riendo haciendo que las chicas también rieran por lo dicho.
— Realmente me sorprende que hayas actuado para ayudarnos, normalmente nadie se preocupa por nosotras, ya que solo somos prostitutas y también plebeyas pobres. — dijo una de las chicas con orejas similares a las de un perro y cabello azulado.
— Oigan, si hay gente que se preocupa por nosotras, la jefa es una de ellas. — dijo riendo otra de las chicas allí presentes.
Las demás rieron e Ikali se quedó en silencio…
Aún a pesar de su vida en la tierra, se preguntaba lo dura que debía ser esta vida para todas estas mujeres, pues la mayoría tenía el nivel de una simple humana sin entrenamiento mágico, y parecía que incluso su capacidad para usar la magia también era baja, Ikali suspiro pues en este mundo también había gente que no tenía esa capacidad de usar magia o que tenía menos magia que el resto, quitando a la elfa y a la chica gato que eran las que parecían tener más experiencia con el uso de la magia cada una de ellas era simplemente una mujer normal, algo más fuerte que una humana de la tierra claro está, pero solo una mujer civil.
La más fuerte era la mujer mitad dragón, ella tenía la fuerza de una aventurera de al menos rango oro, incluso si ella no lo era parecía tener más conocimiento que el resto sobre la lucha.
La morena suspiró y decidió hablar con las chicas.
— Bueno, digamos que no soy como cualquiera… A mi no me importa en lo más mínimo su condición, creo que si queremos hacer este mundo un lugar mejor tenemos que apoyarnos entre todos… Después de todo, en los momentos de necesidad la distinción sobre nobles o plebeyos deja de importar. — comentó Ikali sonriendo a lo que cada una hizo lo mismo al sentirse aceptadas por alguien que no era de este mundo.
— Se que suena hipócrita haber dicho eso, después de todo maté a esas personas… Pero creo que podemos formar un mejor mundo si nos apoyamos entre todos sin importar la raza… Un mundo donde incluso este trabajo se haga solo porque ustedes quieran y no por una necesidad de traer pan a la mesa. — comentó Ikali en voz alta a lo que la elfa, la chica gato y la chica perro junto a la dragona sonrieron al escuchar lo dicho por la aventurera.
Aun a pesar de ser tan fuerte, notaron que a ella no le gustaba acabar con sus oponentes… Por lo que incluso si ella tenía que actuar de esta forma, aún mantenía su humanidad a diferencia de otras personas.
Incluso si sabía que ella era fuerte, también era lo suficientemente fuerte para tomar una decisión difícil como quitarle la vida a alguien para salvar la de los demás… Algo que no todos podrían hacer si sintieran la misma culpa que ella.
Tal vez en este mundo era normal matar a una persona, pues no estaba penado por la ley si era por la propia defensa personal, incluso podías matar a quien quisieras mientras no se dieran cuenta, pues no había nada como procesos de investigación a menos que fuera un asesinato a ojo público o fuera en masa y en el peor de los casos si sabía quién era el asesino simplemente se ponía una recompensa por tu cabeza.
Este mundo era cruel y situaciones como estás pasaban en cualquier otro lugar, pues el mundo forzaba a las personas a volverse fuertes de alguna u otra forma, eran pocos los que podían simplemente vivir una vida tranquila en un mundo como este.
Si ella no hubiera actuado, lo más probable es que cada una de ellas hubiera sido golpeada y abusada por esos sujetos y nadie hubiera hecho nada… Incluso algunas de ellas hubieran sido asesinadas solo por diversión.
La dragona sonrió, sabiendo que ella era de buen corazón, entendía por qué no quería matar a nadie, pero esto era el mundo real y estas cosas no funcionaban así… A veces tenías que tomar las decisiones más crudas para sobrevivir, incluso si iba más allá de lo moralmente correcto para ti.
— No tienes la culpa de nada de lo que pasó… Todos en este mundo han matado alguna vez… Por qué el mundo en el que vivimos es así, si tú no hubieras estado, los bandidos nos hubieran violado y no solo eso… Incluso nos hubieran matado si no les servimos de manera correcta… Somos solo unas damas de la noche que no tenemos poder en este mundo, para el reino no somos nadie más que mujeres pobres que solo tenemos este trabajo para vivir y poder pagarles a nuestros hijos alimentos… ¿Si morimos crees que alguien haría algo por nosotras?... Realmente te agradecemos el que nos salvaras incluso si tuviste que manchar tus manos de sangre… Sé que es egoísta, pero gracias por actuar por nosotras. — dijo una de las mujeres mientras Ikali al escucharla recordó todo lo que ella había hecho.
Recordó cosas de su vida pasada, recordó la vez que en la preparatoria a una de sus compañeras empezaron a molestarla al punto que soltaron rumores de que ella se vendía a los hombres por dinero.
La falta de dinero y oportunidades era difícil incluso en el mundo moderno, por lo que aquello que decían realmente les motivaba a seguir atacando y denigrando, nadie había actuado para ayudarle, incluso si él había decidido defenderla, la presión había sido superior y la chica que había vendido su cuerpo para comprar medicamentos para su madre se había quitado su vida una semana más tarde de aquel rumor que había llegado a toda la preparatoria.
Ikali aún recordaba la última vez que vio a su compañera cuando ella había sido un humano normal… Aquel rostro lleno de tristeza y desesperación por haber tomado esas decisiones para salvar la vida de su madre y darle de comer a sus hermanos por todas las deudas que su familia tenía en ese entonces.
Fue entonces que aquella idea que tenía en su mente durante estos días le hizo eco, algo que había llegado debido a los recuerdos de su contraparte Kali Hedeon.
Formar un reino en su propio mundo…
En Nueva Gaia necesitaban personas, gente que le gustaría irse a su mundo y quisieran vivir una nueva vida o simplemente trabajar en ese lugar y formar un nuevo comienzo…
Por lo que tal vez ellas y sus familias podrían ir su mundo y volverse residentes, la morena esperaba que ellas aceptaran, pero era algo pronto para eso, dejó de pensar en esas ideas cuando las chicas continuaron con la conversación.
— Entonces si en algún momento necesitas algo… Nosotras estamos dispuestas ayudar en lo que sea, incluso si tienes algunos amigos que incluso necesiten ya sabes relajarse… Puedes contar con nosotras… — comentó la chica Elfa guiñando el ojo mientras las otras mujeres se sentaban a la par de la elfa.
— Incluso si necesitas relajarte nunca he estado con una mujer, pero puedo intentarlo. — dijo la mujer gato mientras Ikali empezó a reír por lo dicho.
Tiempo más tarde - Taberna.
Todas las chicas se encontraban de nuevo en la taberna y estaban hablando acerca de su noche, Ikali por su lado solo hablaba con ellas escuchando lo que tenían para contar, era interesante cada conversación que ellas podrían contarle, después de todo ellas sabían muchas cosas de esta ciudad y de muchas otras debido a las conexiones que tenían con la gran cantidad de cosas que escuchaban de los clientes que las contratan.
La dragona solo podía sonreír mientras se acercaba a Ikali y tomaba otra copa juntas, este lugar estaba más animado desde que ella había llegado.
— Entonces Ikali ¿Qué información estás buscando?... — comentó la mujer mientras tomaba un vaso de alcohol y tenía una sonrisa en su rostro.
Ikal rio mientras le miraba sonriente, parecía que ya confiaba en ella y ella misma sabía el motivo del porqué estaba aquí.
— Bueno la verdad es que necesito información sobre los campeones de las otras razas… Se que es información complicada de conseguir, pero sé que algunas de ustedes podrían ayudarme a conseguir esta información. — comentó Ikali mientras la mujer le miró y suspiró parecía que era mucha información, aunque tenía un poco de datos al respecto.
— Ahora que lo pones así… Realmente es algo complicado pues es un tema tabú hablar sobre los campeones… Pero no hay mucho que contar… Ellos comenzaron su viaje hace unos meses, pero lo único que sé es que los campeones son diferentes a los campeones del pasado… Incluso si los textos antiguos dicen que se parecen son de cierta manera "Diferentes" — dijo la dragona mientras Ikali al escuchar eso la miro.
— ¿A qué te refieres? — preguntó Ikali a lo que la dragona sentada habló.
— Según Dayana, escuchó de uno de sus clientes el cual es un comerciante, existe un rumor que los campeones no recuerdan mucho de su pasado… Y que, al aparecer en este mundo, estaban confundidos cuando aparecieron por primera vez… No sé qué tan real sea esta información, pero de cierta manera es algo extraño. — comentó la dragona suspirando.
— Por cierto, ahora que lo pienso nunca te dije mi nombre… Puedes llamarme Helen. — comentó la dragona sonriendo.
— Helen es un nombre lindo… Bueno en mi caso puedes llamarme Ikali Hedeon, así que también es un gusto conocerte. — comentó Ikali sonriendo.
— No sé por qué estas recolectando información de los campeones, pero… Es todo lo que se sabe de ellos, aparte de que comenzaron su viaje y se han estado volviendo fuertes rápidamente no hay mucha información de ellos de la que debes saber… Debido a esto la tensión entre los reinos se ha vuelto algo más complicada… Esto debido a un rumor que pasó en la región de los semi-humanos y los draconianos, pues hace unas semanas llegó un rumor sobre el despertar del Campeón de las cuatro razas, la gente cree que, si la campeona volvió, entonces el mundo entrara en otra guerra pronto… No tengo tanta información, ya que los campeones de cada raza es un tema prácticamente religioso por lo que la gente no lo habla mucho de ellos más que sus hazañas. — dijo Helen a lo que Ikali asintió.
— Es suficiente, con saber que esos tipos ya comenzaron su viaje me es suficiente, aunque realmente me pregunto, si ellos son los mismos que hace años. — comentó Ikali sonriendo, dejando a Helen con dudas sobre esa respuesta, antes de terminar un recuerdo en su cabeza le hizo ruido.
— Oh sí.. No sé si te sirva o si se relacionen con los campeones… Hace unas semanas llegó un cliente, al parecer le contó a una de las chicas sobre el rumor que las iglesias andan buscando a niños malditos… No se sabe el motivo, pero parece que algo traman… La verdad es que es un tema que la gente no sabe mucho, pero los niños malditos parecen tener algo de relación con los campeones según él. —comentó Helen sonriendo.
Antes de poder siquiera decir algo más, fue interrumpida un dolor llegó a su cabeza y todo empezó a dar vueltas.
Ikali miró fijamente a la mujer mientra noto como sus ojos brillaron de golpe y vieron cómo había una extraña corriente de magia concentrada en su cabeza constantemente y esta rápidamente empezó a llorar por lo que la tomó en un abrazo sin saber el motivo de esto.
— Las visiones de este mundo, los gritos y muertes constantes, la cantidad de mentiras que este mundo creó… Los seres de Reiki no estamos preparados para ello… El peligro que viene a este mundo, cuando esa cosa aparezca será el comienzo del fin… Ikali ya te había visto antes hace 20 años… En sueños… Te encontrabas junto a tu hermano ambos de pie… Frente a frente para luchar una última vez… Y luego de eso… Luego de eso todo se iluminó en un blanco eterno. — comentó mientras más lágrimas corrían por su rostro el cual parecía estar en trance mientras aquellos ojos verdes brillaron solo por unos segundos más hasta que dejaron de hacerlo.
— El mundo no está preparado, no se que hacer… Desde que era una niña era capaz de ver estas visiones, ver un mundo increíble que nadie jamás había visto y como un hombre lo salvaba… Pero mientras él lograba esto, este mundo se acercaba al final de su historia… Toda mi vida tuve miedo de este extraño don que la diosa Reiki nos dio, sin embargo cuando te vi entrando a este bar estuve confundida como si ya te hubiera visto hace mucho tiempo y cuando luchaste con esos hombres lo supe muy dentro de mí quién eres tú… — comentó Helen tomando de la mano a la morena.
Ikali se encontraba en shock, no podía creer todo lo que la mujer era capaz de decir… Ella era capaz de ver cosas en su propio futuro… Algo imposible pero que por alguna razón ella era capaz de ver un futuro donde ella estaba.
— Mientras crecía… Vi cómo llegaron los campeones desde las visiones… Incluso si habían sido muchos años antes, la mujer de violeta, llegara a partir de una explosión en un almacén de la tierra de los no-muertos, el demonio marrón llegó en uno de los templos del reino de los demonios, el héroe amarillo apareció frente al rey élfico con una espada en su mano, la enana azul uno de los seres más inteligentes apareció en un taller enano mientras empezaba a toquetear cada una de los objetos que estos habían hecho, la ángel de la luz siendo ella una emisaria de los dioses… Ella llegó cuando el cielo nocturno se iluminó en el reino de los ángeles, el príncipe negro apareció en el trono del rey de los caídos, mientras su mirada observaba todo, nadie hizo nada más que ver majestuosamente su figura, ni siquiera el mismo rey era capaz de sacarlo de ese trono, la guerrera ogro que apareció en el campo de batalla de los trolls arrasando con todos mientras se reía en diversion, todos esos sucesos pasaron por mi cabeza una y otra vez… — comentó Helen mientras Ikali escuchaba todo lo que decía, era información directa y clara de la llegada de cada uno de los campeones a este mundo.
— Pero luego de eso no vi visiones por un tiempo hasta que… Ellos dos aparecieron, los gemelos criados en mundos distintos, con un alma tan brillante que parecía el mismo dios del fuego, comparables con las llamas del mismo sol, el color rojo y naranja extendía todo en mi visión, en lo profundo de un bosque aquellos gemelos extendieron sus alas negras y blancas hasta que el color de ambas se volvió carmesí. — comentó Helen mientras Ikali la miró por unos segundos, como era posible que ella supiera todo esto…
— Se que tal vez no seas capaz de creerme Ikali pero esa es la verdad… Yo se que son ustedes… Tu eras la mujer de mis sueños cuando era niña verdad... — comentó Helen mientras apretaba la mano de Ikali.
— Se que solo tú eres capaz de salvar esté mundo y a su gente… Te lo pido, sálvanos a todas, ellas no merecen morir en este lugar… Han tenido una vida difícil, por favor cambia el destino de mis visiones, salva este mundo y a su gente. — comentó Helen mientras sus lágrimas eran más visibles y cada una de las mujeres miraba esta escena.
Ikali estaba mirándola sin poder decir nada pero la morena se levanto de la silla y la observó una última vez.
— No puedo prometerte nada Helen pero… Mi destino nunca ha estado escrito por nadie… — comentó riendo mientras se acercaba y tocaba su cabeza.
— Haré lo que pueda ¿SI? Mientras tanto cuida a todas las chicas, cuando acabe lo que vine hacer a esta ciudad, les daré la oportunidad de llevarlas a un mejor lugar. — con esas palabras Ikali se alejó de todas mientras sonrió.
— Les agradezco su tiempo, pero parece que Helen necesita descansar un poco… Espero que podamos hablar pronto y podamos hablar de un trabajo que tengo planeado para cada una de ustedes. — dijo Ikali mirándolas con una sonrisa.
— Gracias por su amabilidad, creo que gracias a ustedes he logrado pensar mejor lo que tengo que hacer. — comentó la morena al salir del lugar viendo como todas las chicas se despedían amablemente, pero tenían dudas sobre a qué tipo de trabajo se refería.
Helen observó con sus ojos verdes a aquella que había visto en sus sueños en más de una ocasión, por unos instantes a su lado podía ver la silueta de un hombre de piel morena que sonreía a la vez que la chica… Y este se alejó junto a ella al mismo tiempo.
Sonriendo y riendo tímidamente, la mujer recordaba sus visiones una vez más… por lo que rápidamente sus lágrimas empezaron a salir.
— Campeona de las cuatro razas no… Héroe de otro mundo, por favor sálvanos a todas… Se que tu eres la única y el único que pueden hacerlo... — dijo la mujer mientras el silencio en la taberna era lo único que quedaba luego de aquella extraña escena que había pasado entre ambas mujeres.
Fin del Volumen 2 - capítulo 6 Parte 2.
Apariencia de personajes:
Helen: Es una mujer de piel algo blanca de tono aperlada, ojos verdosos y cabello negro, es mitad draconiana y tiene una edad entre los 40 años humanos, aunque es de apariencia joven, tiene un cuerpo femenino maduro, tiene pequeños cuernos saliendo de su cabeza y una cola envuelta en su cintura similar a la de un reptil pequeño, no tiene alas y debido a esto muchos la confunden con una semi-humana del tipo lagarto, sin embargo ella tiene sangre draconiana y humana por lo que su lado dragón fue menos dominante.
Dayana: Es una mujer humana entre sus 24 años de edad, de una altura aproximada en los 1.63m tiene el cabello castaño y un cuerpo promedio, de caderas anchas y cuerpo delgado luce bastante atractivo, sus ojos son verdes por lo que son casi del mismo color que los ojos de Helen.
Ina: Es una semi-humana del tipo ave, tiene un cabello de color negro similar a sus plumas, que están en algunas partes de su cuerpo, tiene una altura aproximada en los 1.64m de alto y una edad entre los 17 a 18 años de edad, su cuerpo es delgado y tiene alas similares a las de una arpía.