Este capítulo contiene descripciones explícitas de violencia y horror. Se recomienda discreción.
11/5/2673-3:24p.m/Japon
En la base 07, se recibió una señal de amenaza procedente de los barrios bajos. Varias docenas de demonios de grado dos y tres habían surgidos de forma espontanea, masacrando niños, mujeres y ancianos. La alarma resonó fuertemente en las pantallas digitales del 07, y los altos mandos reaccionaron de inmediato.
"¡Desplegad tres unidades de escuadrón ya!" ordenó el comandante con voz firme. en cuestión de minutos, tres escuadrones de doce soldados, con equipaje de grado E se dirigían para la evacuación de civiles en las calles infestadas de demonios.
Los soldados entrenados para estas situaciones, se estaban movilizando ágilmente y sabían perfectamente la gravedad de la situación, se calculaban 27 muertes por minuto, por lo que debían actuar con rapidez y precisión.
11/5/2673 - 3:30 p.m. /Japon
Criaturas inimaginables para la mente humana deambulaban por las calles, cazando a sus presas con la crueldad de depredadores voraces. Abominaciones que combinaban rasgos humanos con los de insectos y formas alienígenas: monstruos humanoides gigantes con garras afiladas como cuchillas y colmillos letales. Sus cuerpos, cubiertos de quitina endurecida, brillaban bajo la tenue luz, y de sus espaldas surgían tentáculos retorcidos que se movían con vida propia, atrapando a cualquier desafortunado a su alcance. Sus ojos, pozos sin fondo de oscuridad, reflejaban el abismo infernal del que emergieron. Las extremidades adicionales, grotescamente deformadas, se movían con una precisión mecánica y mortal, combinando la frialdad de una máquina con la sed de sangre de una bestia primitiva.
Un testimonio macabro, las nubes ocultaban la luz del sol, y las alarmas de los autos se mezclaban con los gritos de los niños y los ladridos de los perros. El usual color negro del cemento de las calles se había vuelto rojo por la sangre. Cuerpos sin extremidades yacían en el suelo, y las personas aún vivas corrían desesperadas buscando un refugio, con la esperanza de despertar al final del día y descubrir que todo esto no era más que una pesadilla.
En medio de la destrucción, una aberración surgió de entre las sombras. Este demonio alado no tenía forma humana; su cuerpo era una amalgama de pesadillas hechas carne. Su piel, cubierta de escamas negras irregulares y llagas abiertas, exudaba un líquido viscoso que caía al suelo con un siseo corrosivo.
Sus alas, parecidas a las de un murciélago, eran enormes y deformes, adornadas con púas y ganchos retorcidos que goteaban veneno oscuro. Los múltiples ojos de la criatura, dispuestos caóticamente alrededor de su cabeza, irradiaban locura y hambre. Su boca, una hendidura horizontal llena de dientes irregulares y afilados como navajas, emitía un sonido inquietante.
Con un movimiento fluido y antinatural, el demonio se lanzó hacia un grupo de personas que intentaban escapar. Sus garras atraparon a un niño, levantándolo como si no pesara nada. La criatura lo observó por un momento, disfrutando del terror en sus ojos, antes de cerrarle las mandíbulas encima, cortándolo en dos con una facilidad escalofriante. La sangre y vísceras salpicaron el suelo, mientras el demonio emitía un gruñido de satisfacción.
Una madre, presa de la desesperación, corrió hacia el demonio en un intento inútil de salvar a su hijo. La criatura la atrapó con un tentáculo y la elevó en el aire. Con un movimiento rápido y brutal, sus garras se cerraron sobre ella, partiendo su cuerpo en dos con una facilidad aterradora. La sangre y los órganos se derramaron en un chorro, mientras los dos mitades de su cuerpo caían al suelo con un sonido sordo y húmedo.
El demonio, una encarnación de las pesadillas más oscuras, continuó su masacre, sus múltiples ojos observando con deleite la desesperación y el horror a su alrededor. Su presencia era un recordatorio cruel de la fragilidad de la humanidad y de la verdadera naturaleza del terror.
De repente, el silencio se rompió con el estruendo de disparos. Un unidad había llegado, sus armas cargadas con balas perforantes diseñadas específicamente para combatir a estas criaturas. Apuntaron al monstruo que había partido en dos a la mujer y a su hijo, abriendo fuego sin dudarlo.
Las balas atravesaron su dura piel, creando agujeros tan grandes que se podía ver el otro lado de la calle a través de ellos. El demonio, herido y furioso, emitió un chillido ensordecedor mientras comenzaba a retroceder, sus tentáculos retorciéndose en dolor.
De repente, el silencio se rompió con el estruendo de disparos. Un escuadrón de soldados había llegado, sus armas cargadas con balas perforantes diseñadas específicamente para combatir a estas criaturas.
"¡Apunten al monstruo! ¡Fuego!" gritó el sargento, su voz resonando sobre el caos de la batalla. Los soldados de la unidad delta respondieron al instante, sus rifles rugiendo mientras las balas atravesaban el aire con precisión letal.
Las balas perforaron la dura piel del demonio, creando agujeros tan grandes que se podía ver el otro lado de la calle a través de ellos. El monstruo, herido y furioso, emitió un chillido ensordecedor que resonó en los edificios cercanos. Sus tentáculos se retorcían en agonía mientras comenzaba a retroceder, intentando escapar del fuego implacable de los soldados.
"¡Sigan disparando! ¡No le den tregua!" ordenó el sargento, sus palabras mezcladas con el estruendo continuo de los disparos. Los soldados mantenían la línea, sus rostros tensos y concentrados mientras continuaban disparando con precisión quirúrgica.
El demonio, acosado y desesperado, lanzó embestidas frenéticas contra los soldados más cercanos. Sus garras y tentáculos azotaban el aire con ferocidad, buscando cualquier oportunidad para causar daño. Algunos soldados fueron derribados, pero los supervivientes se reorganizaron rápidamente, respondiendo con una ferocidad igual a la del monstruo que enfrentaban.
Mientras tanto, en las sombras de los callejones adyacentes, otros demonios comenzaron a emerger de la oscuridad. Sus formas grotescas y sus ojos sin fondo brillaban con malicia mientras rodeaban a los soldados, creando una situación aún más desesperada.
Los otros demonios, saliendo de las sombras con movimientos sigilosos, rodearon al Comando Delta con astucia. El Comando Delta, siendo el primero en llegar y ahora rodeado, comenzó a moverse hacia una formación defensiva para contrarrestar la trampa tendida por los demonios.
En ese momento crítico, el Comando Alfa y el Comando Bravo llegaron corriendo desde diferentes direcciones. Con precisión militar, abrieron fuego y lanzaron granadas contra los demonios que cercaban al Comando Delta, rompiendo temporalmente el cerco y permitiendo que Delta se reagrupara.
"¡Delta, cubran nuestros flancos! ¡Alfa, Bravo, conmigo! ¡Vamos a limpiar esta calle!" ordenó el sargento, liderando el contraataque mientras los tres comandos se enfrentaban directamente a los demonios.
Los demonios, furiosos y desorganizados por el ataque repentino, respondieron con gruñidos guturales y embestidas salvajes. La batalla se convirtió en un frenesí de disparos, explosiones y el choque de acero contra carne demoníaca, mientras los soldados luchaban por recuperar el control de la situación en las oscuras calles infestadas.
El Lanzacohetes MK-IV Penetrador fue traído por el Comando Alfa en medio del caos de la batalla. El sargento tomó el arma con determinación, apuntando cuidadosamente hacia el demonio que retrocedía, sus tentáculos retorciéndose en dolor por las heridas de las balas perforantes.
Con un silbido estridente, el cohete fue lanzado. Atravesó el aire con velocidad, impactando directamente en el cuerpo del demonio. El proyectil penetró profundamente antes de explotar desde dentro en una pequeña pero devastadora explosión.
El demonio emitió un alarido ensordecedor mientras su cuerpo se desintegraba en una lluvia de fragmentos demoníacos. Los soldados observaron con alivio y satisfacción cómo el terror que había plagado las calles comenzaba a disminuir, al menos por ahora.
11/5/2673-3:45pm/Japon
Rin llegó a la Base 07 tras completar una misión previa, su uniforme aún marcado por los vestigios de su última batalla. El ambiente en la base era tenso; soldados corrían de un lado a otro, algunos con expresiones de cansancio y preocupación. Las pantallas mostraban imágenes de caos en los barrios bajos, donde los demonios habían desatado su furia.
El comandante lo recibió con urgencia. "Rin, llegas en un momento crítico", dijo, señalando hacia las pantallas. "Los demonios han emergido en los barrios bajos. Necesitamos tu habilidad y determinación ahora más que nunca".
Rin asintió, su mente ya enfocada en la tarea por delante. "Dígame los detalles", pidió con calma, mientras se preparaba para dirigirse hacia la zona de combate.
Con paso firme y determinado, Rin se dirigió hacia el lugar de la emergencia. La tensión en el aire era palpable mientras se preparaba para enfrentar el horror que lo esperaba.
Continuara...
Notas explicativas:
Equipo de Grado E:
El equipo de Grado E está diseñado para enfrentar demonios de 2 a 4 metros de altura en situaciones de campo abierto. Consiste en armamento semi-pesado especializado, conocido por su eficiencia en la eliminación de amenazas demoníacas. Las armas están equipadas con municiones perforantes capaces de demoler estructuras, adaptándose así a las necesidades cambiantes del combate urbano. La armadura sola puede pesar hasta 48 kg, mientras que las armas adicionales agregan un peso adicional de 25 kg, proporcionando a los soldados una protección crucial y el poder de fuego necesario para enfrentar a los demonios más peligrosos.
Demonios de Categoría 2:
Los demonios de categoría 2 son criaturas que, en promedio, tienen una altura similar a la de los humanos. Aunque su apariencia puede variar dentro de su categoría, suelen compartir características físicas comunes que los distinguen de otros tipos de demonios. Son conocidos por poseer capacidades superiores a las humanas, como fuerza y velocidad mejoradas, lo que los hace peligrosos en números elevados. Individualmente, no representan una amenaza significativa para soldados bien equipados con equipo estándar, pero tienden a agruparse en manadas para atacar en grupo, aprovechando su número para superar a sus oponentes
Demonios de Categoría 3:
Los demonios de categoría 3 presentan una variabilidad considerable en su altura, que puede oscilar desde los 2 metros hasta los imponentes 14 metros. Cada uno posee una apariencia única y singular, reflejando su origen como algunos de los demonios originales más antiguos y, a menudo, considerados los más débiles del infierno. Se cree que algunos de estos demonios fueron antiguos humanos que cayeron en pecado y fueron transformados en estas cosas, un ejemplo: el demonio murciélago
Debido a su tamaño y poder, los demonios de categoría 3 representan una amenaza grave para las ciudades y asentamientos humanos. Son capaces de causar una destrucción masiva y requieren equipos militares altamente especializados, como el armamento de grado E, para ser derrotados de manera efectiva. Estas criaturas requieren tácticas de combate avanzadas y coordinación estratégica para ser enfrentadas con éxito, debido a su fuerza y resistencia superiores. Sin embargo no suele ser amenaza para un suboficial o superior
RIN:
Rin, un comandante de estatura imponente de 2,40 metros, irradia una serenidad palpable en medio del caos. Su piel pálida contrasta con el traje negro de gabardina que lleva puesto, donde descansan dos katanas a cada lado de su cinturón. Su cabello negro enmarca unos ojos igualmente oscuros que reflejan una determinación inquebrantable. Rin es más que un líder militar; es un híbrido único entre ángel y humano, con un pacto sellado con el arcángel Azrael, lo que le confiere habilidades y conocimientos extraordinarios.
por ultimo un saludo para francer y aleman que estaran viendo esto :)