La revelación de Javier comenzó a distanciar a ana . Ella se encontraba atrapada en su propio laberinto emocional, incapaz de comprometerse plenamente con él. Un fin de semana, después de una discusión acalorada sobre sus inseguridades, Javier la confrontó. Con lágrimas en los ojos, le preguntó si alguna vez podría dejar ir a Luis.
Ana sintió como si un peso enorme se desbordara de su pecho. Sus palabras fueron duras, pero sinceras: "Siempre estarás en mi vida, pero no de la manera que deseas." La decepción fue palpable en el aire. ana sabía que estaba rompiendo algo que podría haber sido hermoso, pero no podía entregarse sin reservas.