Tras derrotar al dragón negro, Jotaro y Kira fueron convocados al castillo. En el gran salón, la reina, con una presencia majestuosa, los recibió.
-Les agradecemos por derrotar a ese dragón negro, aventureros de clase F -dijo la reina, con voz firme pero cálida.
Jotaro levantó la cabeza lentamente y la miró. Su mente vagó mientras la veía: se parecía exactamente a la princesa Kumiko... el mismo cabello, los mismos ojos...
La reina ofreció una recompensa de mil monedas de oro por su valentía. Kira estaba a punto de aceptarla, pero Jotaro intervino.
—No, gracias —dijo con firmeza, sorprendiendo a todos los presentes.
La reina arqueó una ceja, claramente intrigada.
-¿Estás seguro?-preguntó ella fijando sus ojos en él.
Jotaro, con determinación, respondió:
-Sí, estoy seguro.
-Entonces, ¿qué quieres como recompensa? -insistió.
—Nada —respondió Jotaro, manteniendo su postura firme. Interiormente pensó: No sería justo aceptar una recompensa por algo que no hicimos.
Finalmente, la Reina accedió, aunque ordenó que al menos le dieran una espada. Un caballero se acercó y puso la espada en las manos de Jotaro. Este la miró con aparente indiferencia, aunque por dentro estaba emocionado. Por fin tenía una espada.
-Es para que podáis enfrentaros mejor a los monstruos-explicó la Reina.
-Gracias-respondió Jotaro, mientras escondía una sonrisa.
Sin embargo, la Reina no pudo evitar hacer una pregunta intrigante:
-Aunque, ahora que lo pienso, ¿cómo lograron derrotar al dragón sin armas?
Jotaro sintió un sudor frío.
¡Maldita sea, ya estaba empezando a sospechar!
-Bueno, seguramente usaron su poderosa magia -dijo la Reina.
Jotaro la miró confundido.
-¿Magia poderosa?
La Reina asintió.
-Sí, cuando pedí informes sobre ti, me dijeron que cuando te uniste al gremio rompiste dos esferas que calculaban poder mágico.
Jotaro pensó: ¿Realmente fue tan sorprendente que rompiera esas dos esferas?
Cuando terminó la audiencia, Jotaro y Kira abandonaron el castillo. En el camino, cruzaron miradas con la princesa Kumiko, quien caminaba con rostro serio hacia el trono. Jotaro se detuvo un momento, pero Kira, notando su distracción, le preguntó:
-¿Pasa algo?
—No, nada —respondió Jotaro reanudando su caminata.
Tras salir del castillo, caminaron hacia el gremio. En el camino, Jotaro admiraba su nueva espada, soñando con luchar como el legendario aventurero Ronin. Kira, notando su entusiasmo, le preguntó:
-¿Crees que con solo tener una espada podrás luchar como él? -bromeó Kira.
-Por supuesto que no –respondió Jotaro–, pero entrenaré para ser tan fuerte como él.
Kira recordó que tenían que pagarle a la señora de la posada por la otra noche, así que pasaron por el gremio para hacer un recado. Mientras caminaban hacia el gremio, Jotaro notó que la gente los observaba con curiosidad.
-Oye, Kira, ¿por qué todos nos miran?
-Probablemente porque creen que matamos al dragón –respondió Kira.
-¿Pero cómo se enteraron?
-Seguramente algún aventurero chismoso difundió la noticia.
-Vaya chisme -respondió Jotaro.
Al llegar al gremio entraron y se encontraron con Azumi, quien estaba colocando una nueva esfera mágica en el mostrador.
-Jotaro, Kira, ¿están bien? ¿No les pasó nada con el dragón? -preguntó Azumi preocupada.
-¿Eh? ¿No lo sabes? -respondió Kira.
-¿Sabes qué?-preguntó Azumi.
-Derrotamos al dragón-dijo Kira con calma.
Azumi gritó sorprendida:
-¡¿Qué?!
Kira explicó que el aventurero Ronin fue quien realmente mató al dragón, pero como desapareció, todos asumieron que lo habían derrotado.
-Ya veo...-dijo Azumi.
Después de unos momentos de silencio, Azumi preguntó:
-¿Por qué estás aquí?
-Queremos hacer un recado –respondió Kira.
Azumi los condujo a un tablero con varias tareas.
-Como son de clase F, solo pueden aceptar tareas básicas: recolectar plantas medicinales o realizar misiones sencillas.
Jotaro suspiró mientras aceptaba una misión de recolección. "Supongo que aún no podré usar mi nueva espada", pensó.
Luego de recibir instrucciones, abandonaron el gremio rumbo al bosque. Jotaro aprovechó para preguntarle a Kira algo que le intrigaba.
-Oye, Kira, ¿dónde aprendiste a lanzar bolas de fuego?
-Del libro que encontré en la habitación de la posada mientras te bañabas –respondió Kira.
-¿Un libro?
-Sí. También aprendí magia de agua, tierra y viento.
-¿Tanto tiempo me tomó bañarme?-preguntó Jotaro.
—Tan largo, que tuve tiempo de leer el libro entero —respondió Kira con una sonrisa burlona.
Luego de esa charla llegaron a la entrada del reino Jotaro al pasar frente a los guardias de la otra vez se dio cuenta que no sabía el nombre del reino y le preguntó a un guardia.
-Disculpe ¿sabe el nombre de este reino?
-El reino se llama Xylonia –dijo uno de los guardias de la puerta– ¿Por qué lo preguntas? –dijo con curiosidad.
-Pues nada-dijo Jotaro girando la cabeza y dirigiéndose hacia Kira.
Kira, que estaba más adelante esperando a Jotaro, le preguntó por qué se había acercado al guardia, Jotaro respondió.
-Acabo de preguntar el nombre de este lugar -dijo Jotaro.
-¿Sólo eso?-preguntó Kira.
-Sí-respondió Jotaro.
Jotaro y Kira ya estaban fuera del reino, caminaron durante una hora buscando plantas medicinales, pero no encontraron nada. Horas después, llegaron a un gran campo lleno de plantas medicinales. Kira miró a su alrededor, sorprendida.
-Vaya, hay tantas plantas.
-Va a ser un trabajo largo -dijo Jotaro, empezando a reunirlos.
Bajo el sol abrasador, ambos trabajaron durante horas. Al final, Jotaro se sentó en el suelo, exhausto.
-Esto es agotador -dijo Jotaro exhausto.
-Sabes, si hubieras aceptado las monedas de la Reina, no estaríamos aquí sudando con este calor -dijo Kira, también agotada.
-Lo sé, pero no pude aceptarlos.
-¿Por qué?-preguntó Kira con curiosidad.
-Porque no matamos al dragón. No sería justo.
Kira suspiró, pero asintió.
-Bueno, al menos hemos terminado. Volvamos al gremio.
Con las plantas en la mano, comenzaron a caminar de regreso al reino, listos para entregar la tarea.