Capítulo 46: El Susurro del Corazón - La Fortaleza de la Esperanza
Ryeowook se encontró caminando por las calles de la ciudad, el sol de la tarde pintaba el cielo con tonos de naranja y rosa. Su cuerpo, ligero y delicado, se movía con una gracia que nunca había experimentado antes. Su cabello, blanco dorado y plateado, brillaba como la luz de la luna.
Su corazón, aún cicatrizado por el dolor, comenzaba a latir con una nueva fuerza. La esperanza había renacido en él, como una flor que florece en medio de la nieve.
Se detuvo ante un escaparate de una tienda de vestidos. Un vestido rojo brillante se mostraba en el manquí, su silueta elegante y suave. Ryeowook sintió una atracción irresistible hacia él.
"Me gustaría probarme ese vestido," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de confianza.
La vendedora lo miró con sorpresa.
"Pero señorita," dijo la vendedora, su voz era un susurro de duda. "Ese vestido es para una ocasión especial."
Ryeowook sonrió.
"Yo tengo una ocasión especial," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de esperanza. "La vida."
La vendedora asintió con la cabeza.
"Está bien," dijo la vendedora. "Sigo a usted."
Ryeowook se probó el vestido. Era perfecto, como si hubiera sido hecho para él. El rojo brillaba sobre su piel blanca, resaltando su belleza natural.
"Se ve maravillosa," dijo la vendedora, su voz era un susurro de admiración. "Usted es una belleza única."
Ryeowook sonrió. Se sentía diferente, más fuerte, más libre.
"Gracias," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de gratitud. "Me siento bien con este vestido."
Ryeowook compró el vestido y se fue de la tienda. Caminó por la calle, sintiendo el viento en su rostro, la luz del sol en su piel. Se sentía viva, llena de esperanza.
Se dio cuenta de que la vida es un ciclo de dolor y esperanza. Y que la verdadera fortaleza está en la capacidad de perdonar y de seguir adelante.
Se dirigió a un restaurante elegante. Tenía una cita con Jimin.
"Te veo radiante," dijo Jimin, su voz era un susurro de admiración.
"Gracias," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de gratitud. "Me siento bien conmigo mismo."
"Eso es lo importante," dijo Jimin, su voz era un susurro de esperanza.
Comieron y charlaron durante horas. Ryeowook se dio cuenta de que Jimin era un buen amigo, un amigo de verdad.
"Gracias por estar ahí para mí," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de gratitud.
"Siempre estaré ahí para ti," dijo Jimin, su voz era un susurro de amistad.
Ryeowook se quedó en silencio un momento, sus ojos llenos de dolor.
"Espera," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de dolor. "No me busques más. Tú también me hiciste daño. Te escondiste detrás de la hipocresía y las mentiras. Y ahora quieres que vuelva con Jungkook. Estás loco."
Jimin se quedó en silencio un momento, sus ojos llenos de tristeza.
"Lo siento, Ryeowook," dijo Jimin, su voz era un susurro de arrepentimiento. "No quería hacerte daño. Pero creía que era lo mejor para ti."
Ryeowook se rió con amargura.
"Lo mejor para mí es estar libre de ti," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de liberación. "No quiero tener nada que ver contigo."
Ryeowook se levantó de la mesa y se fue del restaurante. Caminó por la calle, sintiendo el viento en su rostro, la luz del sol en su piel. Se sentía viva, llena de esperanza.
Se dio cuenta de que la vida es un ciclo de dolor y esperanza. Y que la verdadera fortaleza está en la capacidad de perdonar y de seguir adelante.
El susurro del corazón de Ryeowook era un eco de esperanza, un eco que lo guía a través de los momentos difíciles, un eco que le recuerda que el amor siempre vence.