Capítulo 20: El Susurro del Corazón - El Renacimiento
Cinco años habían pasado. La lluvia de la ciudad había dejado paso a un sol radiante, el cielo azul intenso reflejaba la transformación que había experimentado Ryeowook. Ya no era el chico frágil y vulnerable que había huido de la Academia Seúl.
El tiempo, el amor de su padre y la determinación de superar el dolor lo habían transformado. Su cabello, antes oscuro, ahora era un blanco plateado que se mezclaba con reflejos dorados, una corona de luz que enmarcaba su rostro. Sus labios, de un rojo natural intenso, parecían esculpidos por los dioses. Sus ojos, antes llenos de tristeza, ahora brillaban con una intensidad que cautivaba. Su cuerpo, delgado y delicado, era una obra de arte, su piel blanca, brillante y suave, parecía hecha de porcelana.
Ryeowook llegó a la Universidad Seúl en una limosina elegante, su presencia causando un revuelo. Las miradas se posaron sobre él, las conversaciones se interrumpieron, el aire se llenó de asombro.
Jungkook, que estaba sentado en un banco del patio, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sus ojos se abrieron con incredulidad. Ryeowook. Era él. Pero no era el mismo. Ryeowook se había transformado en un ser de belleza impresionante, un ser que lo cautivaba, lo atraía, lo llenaba de una emoción que no podía comprender.
Se sintió paralizado, incapaz de apartar la mirada. Su corazón latía con fuerza en su pecho, un ritmo acelerado que no podía controlar.
Lisa, que estaba junto a Jungkook, sintió una punzada de celos. Ryeowook. Ese chico. ¿Cómo podía ser tan hermoso? ¿Cómo podía ser tan perfecto?
"Jungkook," dijo Lisa, su voz era un susurro de furia. "¿Por qué lo miras así?"
Jungkook apartó la mirada, su rostro impasible. "No lo estoy mirando," dijo Jungkook, su voz era un susurro de mentira.
Jin, que estaba sentado en una mesa cercana, no podía apartar la mirada de Ryeowook. Su belleza lo hipnotizaba, lo atraía, lo llenaba de una emoción que no podía explicar.
"Namjoon, ¿has visto a ese chico?" dijo Jin, su voz era un susurro de admiración.
Namjoon y Jimin, que estaban charlando, se quedaron con la boca abierta. Ryeowook. Era él. Pero no era el mismo. Ryeowook se había transformado en un ser de belleza impresionante, un ser que los cautivaba, los atraía, los llenaba de una emoción que no podían comprender.
"Es increíble," dijo Namjoon, su voz era un susurro de asombro.
"Es como un ángel," dijo Jimin, su voz era un susurro de admiración.
Lily, que estaba sentada en una mesa con sus amigos, miró a Ryeowook con una mirada arrogante. Ryeowook. Ese chico. ¿Cómo podía ser tan hermoso? ¿Cómo podía ser tan perfecto?
"Ese chico es un fraude," dijo Lily, su voz era un susurro de desprecio. "No es más que un juguete de su padre."
J-Hope, Suga, Taehyung, todos se sentían atraídos por la belleza de Ryeowook. Su cuerpo se llenó de una emoción que no podían controlar.
"Es... es..." dijo J-Hope, su voz era un susurro de pasión.
"Es... es..." dijo Suga, su voz era un susurro de excitación.
"Es... es..." dijo Taehyung, su voz era un susurro de deseo.
Jisoo, Jennie, Rose, todas se sentían furiosas y celosas. Ryeowook. Ese chico. ¿Cómo podía ser tan hermoso? ¿Cómo podía ser tan perfecto?
"Ese chico es un impostor," dijo Jisoo, su voz era un susurro de furia.
"Ese chico es un fraude," dijo Jennie, su voz era un susurro de celos.
"Ese chico es un... es..." dijo Rose, su voz era un susurro de deseo.
Todos se le acercaron a Ryeowook, sus miradas llenas de admiración, de deseo, de envidia.
Ryeowook, sin embargo, no les prestó atención. Su mirada era fría y distante, su corazón era un iceberg. No les permitiría acercarse, no les permitiría tocarlo.
El susurro del corazón de Ryeowook se había convertido en un grito de silencio, un grito que solo él podía escuchar, un grito que solo él podía entender.