—Viuda Negra se despojó rápidamente de su ropa ajustada, revelando su cuerpo perfecto en su totalidad en un instante.
—¡Glup!
—En ese momento, era como si Viuda Negra exudara un tipo de magia única, capturando profundamente la mirada de Li Qianfan.
—Su piel, lisa como porcelana, brillaba débilmente en la suave luz, como una exquisita escultura meticulosamente creada por un artista.
—Sus sensuales clavículas y su esbelto y nevado cuello, sus pechos llenos y elásticos, como frutas maduras, exudaban un encanto único a las mujeres.
—Su delicada cintura apenas un puñado, parecía que con un suave abrazo, podría ser llevada completamente a los brazos de uno.
—Las nalgas eran redondas y firmes, delineando curvas encantadoras.