—¡Finalmente llegó!
Li Qianfan apenas podía esperar para encontrarse con Viuda Negra. Al ver que Xue Siqi y Zhao Susu no estaban dormidas, les dijo a las dos que tenía que salir un momento y que podrían continuar recolectando el mapa después de que todos se despertaran.
Después de completar la misión, esperarían en el comité del pueblo y luego regresarían a la Montaña del Dragón Azul.
—Es realmente envidiable, qué despreocupado es nuestro jefe. Los que saben, entienden que vino a liderar nuestra misión; los que no, podrían pensar que está aquí por turismo —Xue Siqi observó la figura que se alejaba de Li Qianfan y suspiró suavemente.
Al oír esto, Zhao Susu también giró la cabeza para mirar, sus ojos rebosantes de amor indiscutible por Li Qianfan.
—Susu, déjame hacerte una pregunta —Viendo su expresión, Xue Siqi de repente pensó en algo y preguntó.
Zhao Susu asintió:
—¿Qué quieres preguntar?
