—¡Ahua! —Sí, la mujer que entró a la oficina no era otra que la sensual mujer que había solicitado los servicios a domicilio de Li Qianfan varias veces seguidas.
—¿Por qué vino aquí esta mujer? —Los ojos de Li Qianfan se estrecharon ligeramente, y una profunda curiosidad apareció en su rostro.
La llegada de Ahua no solo captó la atención de Li Qianfan, sino que también atrajo la mirada de todos los presentes. Su figura era realmente demasiado sensual, su orgullosa suavidad tensaba la camisa, creando contornos exagerados que parecían casi irreales; y su cintura delgada contrastaba fuertemente con sus caderas, proporcionando un impacto visual fuerte. Sus glúteos eran redondos y firmes, dando una sensación perfectamente adecuada. Abajo, llevaba puestos unos vaqueros ajustados que envolvían firmemente sus piernas redondas y bien formadas. Esa ardiente figura era como algo salido directamente de un cómic.