Después de sentir la succión de Zeng Qian, Li Qianfan no pudo evitar suspirar internamente —¡La lengua de esta mujer es increíblemente suave!
Y increíblemente flexible, chupando mientras revuelve...
Sus lenguas se entrelazaron locamente, y los sonidos de intercambio de saliva continuamente llenaron la habitación en silencio.
Mientras se besaban, las manos de Li Qianfan se comportaban mal, agarrando aquel suave y lleno jade en su palma. En un instante, la máxima suavidad floreció en la palma de Li Qianfan, y con un pensamiento, inmediatamente empleó la Técnica de Masaje Yin-Yang, y comenzó a amasar suavemente.
En el momento en que se desplegó la Técnica de Masaje Yin-Yang, Zeng Qian sintió una sensación inusual. En ese momento, era como sumergirse en un manantial caliente, su fuerza se drenaba rápidamente de su cuerpo, sus piernas se debilitaban como si pisara nubes y todo su cuerpo se relajaba en el abrazo de Li Qianfan.